Horas antes de que se concretara oficialmente el Brexit, las distintas instituciones de la Unión Europea retiraron las banderas británicas que flameaban en sus respectivas sedes. El Consejo, el Parlamento y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos llevaron a cabo ceremonias de bajo perfil, lo que contrasta con la alegría demostrada por el gobierno de Boris Johnson y aquellos que votaron a favor del divorcio.