El presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, puso un poco de orden en la narractiva mundial y calificó la masacre de 1,5 millones de armenios a manos del Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial como “genocidio”.
Rusia acusó el jueves a Estados Unidos de intentar usurpar el poder en Venezuela y advirtió contra una intervención militar enfrentándose a Washington y la Unión Europea, que respaldaron las protestas contra uno de los más estrechos aliados de Moscú, el parcialmente reconocido presidente Nicolás Maduro.