El derechista Jair Bolsonaro se mostró amigo el domingo de la población homosexual y el socialista Fernando Haddad reforzó su actividad en Sao Paulo, la ciudad más rica y poblada de Brasil, como parte de las nuevas estrategias de sus campañas, a dos semanas de la segunda vuelta presidencial.
La misión de observadores de la OEA para las elecciones en Brasil avaló el proceso realizado del domingo pero pidió a los candidatos que asuman una “postura de moderación y responsabilidad” para la segunda vuelta, para “reducir la polarización social”.
El centroizquierdista Ciro Gomes, un temperamental abogado y caudillo del nordeste, podría tener, con sus 12,5% de votos, la llave de la presidencia de Brasil. A sus 60 años, este jefe de una poderosa familia del estado de Ceará, se dejó la piel en su intento de posicionarse como una tercera vía entre el ultraderechista Jair Bolsonaro y Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT) del encarcelado ex presidente Lula da Silva.