La pequeña ciudad española de Sant Cugat del Vallés, en la periferia de Barcelona, ha instalado un semáforo en el suelo para aquellos peatones que pasean por la calle mirando el teléfono móvil. El semáforo, que se puso en marcha el jueves, consiste en una franja de luces de color rojo ubicadas al final de la acera que se encienden cuando está prohibido el paso a los peatones, explicó el ayuntamiento en un comunicado.