Napoleón III, el primer presidente de la República francesa elegido por sufragio universal por un pueblo que confió en su nombre y en el genio de sus célebres genes, no era sobrino del emperador Napoleón Bonaparte. Al menos no por parte de su padre. Así lo revela un estudio de ADN publicado por el diario Le Figaro que confirma las sospechas que han pesado siempre sobre el árbol genealógico de la familia imperial.