El presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, puso un poco de orden en la narractiva mundial y calificó la masacre de 1,5 millones de armenios a manos del Imperio Otomano durante la Primera Guerra Mundial como “genocidio”.
El gobierno turco ha llamado a consultas a su embajador en el Vaticano, en una reacción de protesta contra el empleo del término “genocidio armenio” por el papa Francisco en un discurso.