Las protestas por el asesinato por error de un joven bailarín en Río de Janeiro terminaron con la vida de otra persona debido a una bala policial, en tanto crece la preocupación por la seguridad ante la inminencia del inicio de la Copa del Mundo, ya que las fuerzas del orden admiten que no controlan áreas de la 'ciudad maravillosa', una de las principales sedes del evento.