China ocupa un papel central en el acelerado proceso de cambios que atraviesa la economía mundial y va camino a convertirse en la primera economía a nivel global. Este dinamismo se ha traducido en una fuerte demanda de materias primas, que en muchos casos provienen de América Latina y el Caribe y es así como entre 2000 y 2012 el comercio entre la región y China se ha multiplicado por 21, llegando a los 250.000 millones de dólares.