El gobierno de Daniel Ortega enfrentó más protestas populares en su contra, mientras el ejército y el episcopado presionan por una salida política que ponga fin a la crisis que dejó más de 50 muertos en menos de un mes en Nicaragua. A la espera de que se concreten las conversaciones, el Ejército tomó distancia del mandatario al anunciar que sus efectivos no reprimirán a los manifestantes antigubernamentales.