Los ocho candidatos a la presidencia de Ecuador protagonizaron un debate político saturado de planes de gobierno apenas enunciados, salpicado de ataques y replicado en las redes sociales. Se trató del primer encuentro de los presidenciables ecuatorianos que se disputan el cargo que dejará vacante Rafael Correa tras diez años de ejercicio, y que se presentó como una oportunidad para convencer a los indecisos.