Argentina otorgó el lunes un subsidio a empresas petroleras y a las provincias productoras para compensarlas por el congelamiento de los precios de los combustibles dispuesto por el Gobierno, aunque la decisión oficial fue considerada insuficiente por fuentes del sector.
Las sanciones de Estados Unidos a la industria petrolera de Venezuela han beneficiado a Royal Dutch Shell y BP, las dos productoras más importantes en el Golfo de México, ya que las refinerías que necesitan reemplazar los barriles de la nación sudamericana están buscando suministros en la región.
El ministro de Petróleo de Venezuela y presidente de la compañía petrolera estatal PDVSA, Manuel Quevedo, dijo el lunes que el país podría desviar a Rusia u otros países el petróleo inicialmente destinado a Estados Unidos.
Ecuador solicitó a la OPEP autorización para incrementar su producción de crudo en este año por encima de la cuota que le corresponde con las medidas adoptadas por el cartel para regular el mercado, dijo el martes el ministro de Energía del país sudamericano.
Venezuela se está quedando sin espacio para almacenar su crudo manchado de sanciones, que pocos se atreven a comprar. En consecuencia, el país latinoamericano está teniendo que reducir la producción en un momento en el que el mundo está sediento de petróleo pesado y sulfuroso.
Goldman Sachs rebajó su panorama de precios para el crudo en 2019, pero pronosticó una recuperación desde los niveles actuales en ausencia de una “gran” desaceleración económica mundial y una mejora de los fundamentos, junto a señales de que los principales productores están recortando su bombeo.
Venezuela que alguna vez fuera el mayor exportador de petróleo de América Latina, cerró el 2018 con una fuerte retracción ya que las ventas en el extranjero cayeron al nivel más bajo en casi tres décadas.