El presidente Jair Bolsonaro quedó el miércoles más aislado políticamente y Brasil institucionalmente rengo, luego de pronosticar caos económico y social por la cuarentena para contener el coronavirus, lo que generó un inédito enfrentamiento con los 27 gobernadores que tomaron medidas restrictivas y una impasse sobre las consecuencias económicas y sociales de la pandemia.