Uno de los rascacielos más icónicos de Hong Kong fue vendido por US$5.150 millones, un récord en un contexto de burbuja inmobiliaria en este territorio chino. Cabe destacar que el edificio tiene una altura de 346 metros y 73 pisos, es el quinto más alto de la ciudad y se caracteriza por tener cientos de luces de neón.