El primer ministro australiano decretó la prohibición de las relaciones sexuales entre los ministros y sus colaboradores en respuesta al escándalo provocado por la relación de su adjunto con una ex asistente a la que dejó embarazada. Malcolm Turnbull anunció esta modificación del código de buena conducta ministerial en una conferencia de prensa extraordinaria en la que criticó a Barnaby Joyce, el vice primer ministro.