A pesar que el mercado no recibió su nombramiento con entusiasmo, ya sea por ser un hombre de la banca y muy próximo al poder político, Alademir Bendine tiene fama de piloto de tormentas y dejará la entidad financiera más grande de América Latina, el estatal Banco do Brasil, para tomar un hierro caliente como Petrobras, y reconstruir la credibilidad de la petrolera frente al escándalo de corrupción más grande de la historia de la empresa.