El jefe de Gabinete argentino, Guillermo Francos, recibió esta semana al recientemente designado embajador británico en Buenos Aires, David Cairns. Según trascendió, la reunión se centró en temas de cooperación, comercio e inversiones bilaterales. La disputa por las Islas Falkland/Malvinas no estuvo sobre la mesa, pese a que el presidente Javier Milei la mencionó en su discurso ante la Asamblea General de la ONU.
En paralelo, la Cancillería argentina volvió a quejarse por las actividades hidrocarburíferas en aguas de las islas, una postura reiterada en foros internacionales.
En su intervención en Naciones Unidas, Milei criticó con dureza el funcionamiento del organismo y enumeró cuatro puntos que, a su juicio, reflejan consecuencias negativas para la Argentina. El primero fue la falta de avances en el reclamo de soberanía por las Falkland/Malvinas, que lleva más de ochenta años sin resultados.
El mandatario también cuestionó la ineficacia de la cooperación internacional para juzgar a los responsables de los atentados terroristas en Buenos Aires contra la Embajada de Israel (1992) y la AMIA (1994).
Como tercer punto, reclamó la ausencia de condena global a la violencia de izquierda en diversos organismos internacionales. Finalmente, exigió la liberación de un ciudadano argentino detenido por el régimen venezolano de Nicolás Maduro.