Directivos de una popular cadena de minimercados paraguaya, suspendida por las autoridades sanitarias y de protección al consumidor esta semana, reconocieron sus deficiencias el miércoles, lo que resta peso a las acusaciones de que la medida conjunta de la Secretaría de Defensa del Consumidor (Sedeco) y la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa) tuviera motivaciones políticas.
Asumimos la responsabilidad por los errores detectados, declaró Giuliano Caligaris, ejecutivo de la empresa, quien admitió que se detectaron errores en el proceso de etiquetado de algunos productos. Reconocemos los errores involuntarios detectados, pero cerrar toda la cadena es una medida totalmente desproporcionada, insistió en una entrevista radial.
También explicó que la empresa reenvasa productos a granel y que, si bien el reetiquetado es un error humano que contraviene las políticas de la empresa, se detectó en algunos casos en que los empleados actualizaban los precios.
El ejecutivo confirmó que la empresa está trabajando para corregir el problema y fortalecer los protocolos internos.
Por otra parte, el senador Basilio Núñez defendió la suspensión de la cadena de minimercados, criticando al grupo Zuccolillo —propietario tanto del periódico ABC como del minimercado Biggie Express— por no abordar la gravedad del etiquetado excesivo de productos y su venta después de su fecha de caducidad. En cambio, se ha centrado en politizar la medida sanitaria y en hacerse la víctima.
Núñez se centró específicamente en un comentario que afirmaba que el yogur caducado no sería perjudicial. El legislador insistió en que el enfoque debe ser la protección de los consumidores. También acusó al periódico de tener una agenda sesgada, haciendo referencia a la cobertura previa de otros asuntos.
(Ver también: Cadena de supermercados paraguaya suspendida por motivos dudosos)