Cinco hombres murieron tras ser enterrados vivos por un deslizamiento de tierra en la mina de oro estatal Amayapampa, en Potosí, Bolivia. Las víctimas, que no eran empleados regulares, contaban con permisos oficiales para extraer mineral residual.
El incidente ocurrió entre la medianoche y la madrugada del viernes, y se determinó que la causa de la muerte fue asfixia mecánica. Hasta el momento, solo dos de las cinco víctimas, Wilfredo Covarrubias Andrade y Marco Gonzáles Marcani, han sido identificadas oficialmente y sus cuerpos fueron entregados a sus familiares. Los otros tres fueron trasladados a la morgue de Llallagua para la autopsia legal. Uno de los fallecidos era de Amayapampa, otro de Cochabamba y los demás de comunidades cercanas, según la policía.
Este caso eleva a 73 el número total de muertes relacionadas con la minería en el departamento de Potosí este año. Se está llevando a cabo una investigación para determinar la causa del derrumbe y si hubo negligencia. Según el coronel José Luis Álvarez, comandante regional de la policía en el norte de Potosí, los fallecidos no eran empleados regulares de la Corporación Minera Boliviana (Comibol), sino que contaban con permisos oficiales para realizar la tradicional paqoma, la recolección de mineral residual.
La mina Amayapampa es considerada la mayor productora de oro de Potosí y es operada a cielo abierto por la empresa estatal Comibol.