La Policía Real de las Islas Falklands reabrió el acceso a la playa de Yorke Bay, cerca de la capital Stanley, y agradeció a la población por su cooperación ante la emergencia generada por la posible presencia de un elemento explosivo.
En efecto en el correr de la semana se detectó en la zona de Yorke Bay un elemento sospechoso, que parecía ser un explosivo sin detonar, y por su forma hasta podría tratarse de una mina anti tanque.
Inmediatamente sonaron las alarmas, se prohibió el acceso a la zona y se convocó al EOD, el equipo especialista encargado de disponer de explosivos, de las fuerzas armadas británicas acantonadas en el complejo de MPA. Y el fin de semana con la colaboración de las Fuerzas de Defensa de las Falklands y la policía local se tomaron las medidas necesarias para que el equipo de EOD pudiera trabajar con las garantías necesarias.
Por suerte el elemento sospechoso no resultó ser un explosivo y la situación volvió a la situación original, con acceso libre a la playa.
De todos modos es importante destacar que la población de las Falklands está entrenada y acostumbrada para situaciones donde pueden existir elementos sospechosos, que en ocasiones son remanentes de la guerra de 1982.
Cuando las tropas argentinas en su retirada y tras la derrota ante la Fuerza de Tareas británica que libero las Islas, dejaron se estima unas 20,000 minas antipersonales y anti tanques, que tomaron más de tres décadas localizar y eliminar, con los predios de acceso a zonas urbanas y/o de posibles desembarcos las zonas más contaminados.
El desminado en cualquier parte del mundo es una tarea sumamente peligrosa, ardua y muy costosa, además de las consideraciones políticas que implican.