El expresidente brasileño Jair Bolsonaro insistió este viernes en que discutir un plan para matar a alguien nunca ocurrió, pese a lo que han publicado ampliamente medios locales. Varios militares de su época en el Palacio de Planalto han sido detenidos por supuestamente planear el asesinato de Luiz Inácio Lula da Silva y Geraldo Alckmin tras ganar la segunda vuelta, además del juez del Supremo Tribunal Federal (STF) Alexandre De Moraes. En una entrevista por videoconferencia con Veja, Bolsonaro también restó importancia a su relación con los detenidos.
Según la Policía Federal (PF), el complot fue urdido dentro del Palacio de Planalto por el general Mario Fernandes, que en 2022 era secretario ejecutivo de la Secretaría General de la Presidencia y es un viejo conocido de Bolsonaro. Se reencontraron durante el primer año de gobierno del capitán retirado del Ejército, cuando visitó el Comando de Operaciones Especiales, entonces dirigido por Fernandes, quien luego pasó a retiro y se sumó al gobierno.
Bolsonaro insistió en que durante su mandato todo el mundo tenía libre acceso a su despacho y que era habitual que él pasara por las oficinas de sus ayudantes. También dijo que nunca supo de un plan para asesinar a nadie. Había más o menos 3.000 personas en ese edificio. Si un tipo mete la pata en un asunto, ¿qué tiene que ver conmigo? Discutir conmigo un plan para matar a alguien, eso nunca ocurrió, subrayó Bolsonaro.
Jamás acompañaría un plan golpista. Cuando hablaron conmigo, siempre fue para usar un estado de sitio, algo constitucional, que dependería de la aprobación del Congreso, agregó. Bolsonaro fue procesado el jueves junto a otras 36 personas por los delitos de intento de golpe de Estado, intento de abolición del Estado democrático de derecho y organización criminal.
Cuando fue detenido, Fernandes mencionó en un intercambio de mensajes que el ex presidente había aceptado nuestro consejo. El general también estuvo en el Palacio de la Alvorada, donde Bolsonaro permaneció aislado tras su derrota ante Lula, un día después de imprimir el plan golpista en una impresora de Planalto. También visitó a Bolsonaro al menos dos veces entre noviembre y diciembre de 2022.
La Policía Federal concluyó este jueves la investigación sobre la existencia de una organización criminal que actuó de forma coordinada en 2022 en un intento de mantener al entonces presidente en el poder, se lee en un comunicado de la PF. El informe final ha sido enviado al Tribunal Supremo con la petición de que 37 personas sean procesadas por los delitos de derrocamiento violento del Estado democrático, golpe de Estado y organización criminal, añadieron.
El fiscal general de Brasil debe decidir si las acusaciones están suficientemente fundadas para justificar cargos penales que conllevan hasta 12 años de prisión. Bolsonaro prometió combatir la acusación.
La lucha comienza en la Fiscalía General, afirmó Bolsonaro en su cuenta X. El juez Alexandre De Moraes dirige toda la investigación, ajusta las declaraciones, hace detenciones sin acusación, busca pruebas y tiene un equipo de asesores muy creativo. Hace todo lo que la ley no dice, subrayó Bolsonaro.