El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, llegó este domingo a Río de Janeiro para encabezar la delegación de su país que asistirá a la Cumbre del G20, de dos días de duración, que comienza el lunes en la antigua capital brasileña, mientras el presidente Vladímir Putin permaneció en Moscú, ya que durante el fin de semana volvieron a soplar vientos de Tercera Guerra Mundial después de que el lídeer estadounidense, Joseph Biden, diera su visto bueno a que Kyiv utilizara misiles fabricados en Estados Unidos.
Irónicamente, Lavrov llegó de Abu Dhabi, donde asistió al Foro Internacional de Paz y Seguridad Sir Bani Yas, y tiene previsto intervenir en una sesión plenaria sobre pobreza y hambruna, así como sobre la reforma de las instituciones globales. Según la portavoz de la Cancillería rusa Maria Zakharova, Lavrov también mantendrá una serie de conversaciones bilaterales al margen de la cumbre. Además, anunciará la adhesión de Rusia a la Alianza contra el Hambre y la Pobreza, iniciativa promovida por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Biden, que también tiene previsto asistir a la reunión de Río, autorizó este domingo al régimen ucraniano del Presidente Volodymyr Zelensky a utilizar misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos para atacar a Rusia. Tomó esta decisión apenas dos meses antes de ceder la presidencia a su predecesor, el republicano Donald Trump. Algunos analistas, incluido el hijo del presidente electo, creen que las acciones de Biden podrían estar buscando enmarañar el escenario internacional de Trump.
En Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que está claro que la Administración saliente en Estados Unidos pretende seguir echando leña al fuego y continuar provocando una escalada de la tensión entre Rusia y Ucrania. También recordó que Putin había advertido en septiembre en San Petersburgo de que aprobar el uso de misiles de largo alcance significaría que los países de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos estarían en guerra con Rusia, en cuyo caso se reservaba el derecho de distribuir armamento de largo alcance a aliados de todo el mundo.
Se dijo que la decisión de Biden respondía al despliegue de tropas por parte de Corea del Norte para ayudar a Moscú. La medida se produjo horas después de un bombardeo masivo ruso contra el sistema energético de Ucrania, que dejó al menos 11 muertos y obligó a cortar el suministro eléctrico.
Zelensky llevaba tiempo deseando que Washington diera luz verde al uso del llamado Sistema de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS) para atacar objetivos dentro del territorio ruso. Estos misiles permitirían a Ucrania atacar centros logísticos y aeródromos del ejército ruso. Se espera que se utilicen en la región fronteriza de Kursk, donde se desplegaron soldados norcoreanos, informó The New York Times.
Muchos medios de comunicación informan de que hemos recibido autorización para tomar las medidas oportunas, pero los ataques no se llevan a cabo con palabras, estas cosas no se anuncian. Los misiles hablarán por sí mismos, dijo Zelensky.
Donald Trump Jr. afirmó el domingo que la última medida era en parte un esfuerzo para poner en marcha la Tercera Guerra Mundial antes de que su padre jure el cargo. El Complejo Militar Industrial parece querer asegurarse de poner en marcha la Tercera Guerra Mundial antes de que mi padre tenga la oportunidad de crear paz y salvar vidas, escribió en X, al tieempo que se refirió a la administración de Biden como un grupo de Imbéciles!
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, cuyo país podría ser el destinatario de algunas de esas armas rusas, dijo que Biden situaba al mundo en un momento decisivo.
Podría decirles que han entrado en una fase de locura, el imperio norteamericano. En la fase de la venganza. Cuidemos a Venezuela, cuidemos nuestra paz, subrayó el líder bolivariano.