El Museo Histórico de las Islas Falkland cumplió en Setiembre su primer década de existencia y lo celebró con una serie de eventos resaltando la trayectoria de los logros en diez años y planes de futuro.
Organizado en las viejas instalaciones portuarias y muelles de reparaciones de naves pequeñas, sobre la rambla de la capital Stanley, el museo alberga antecedentes, artefactos, documentos de las Islas desde sus primeras ocupaciones por humanos, luego la época colonial, con simulaciones completas de lo que era la vida pionera en esos tiempos, la economía rural, basada en ovinos, hasta nuestros días con unas Islas modernas, pujantes, más que autosuficientes, e imán de atracción para gente de todo el mundo con más de sesenta distintas nacionalidades.
Las exhibiciones y despliegue del acervo cultural de las Islas resultaron todo un éxito tanto para deleite y orgullo de los residentes locales como para los cientos de visitantes que reciben anualmente las Falklands. Se convirtieron en punto de referencia obligado para comprender el espectacular proceso de cambios que experimentan las Islas, ya sea políticamente, como en esas áreas que permiten sustentar una democracia ejemplar como pueden ser contar con generaciones bien formadas y de estudios terciarios, un sistema de salud pública envidiable y hasta centros de estudios científicos de reconocimiento internacional.
Centros científicos que han contribuido a hacer de las Islas una reserva de flora y fauna de valor internacional, con una industria de pesca que sobresale por condiciones de conservación y sustentabilidad, en tanto el museo resalta que se arrancó hace tan solo un par de siglos de unas tierras yermas, ventosas, deshabitadas, coto de caza para la rica fauna marina de naves intrusas, y en tierra sin montes naturales y con único combustible la turba.
Durante la ceremonia por la ocasión, al historiar el avance y éxitos de la institución en la década, Teena Ormond, Directora Gerente del Museo y Fondo Patrimonial de las Islas Falklands resaltó que se realizaron unas 25 exhibiciones y se organizaron unos 25 eventos para recaudar fondos para el Museo, orgullo de la comunidad, cuatro de los cuales se han convertido en tradicionales eventos anuales.
Entre los proyectos en cartera y que está previsto se lancen en lo que resta del año la Sra. Ormond mencionó la recuperación del Faro de Cabo Pembroke, en época de velas y sin tecnología moderna, guía para la naves que se aproximaban a la rada de Stanley; una Galería y Sala de exhibiciones, y restauración del Arco de Huesos de Ballena que adornan el jardín adjunto a la catedral de Stanley.
La Directora Gerente también refirió a la concurrencia que ha convocado el Museo en la década, unas 220,000 personas visitantes de las Islas llegados por mar (ante todo cruceristas) además de otros 20,000 turistas y residentes locales.
Asimismo recordó que la labor del Museo y Patrimonio Nacional también se ha extendido a otros parajes e íconos de la rica historia y tradición de las Islas como pueden ser recuperación de locales y construcciones que marcaron una época, por ejemplo los corrales de piedras para arrear el ganado orejano introducido a las Islas, o algunos galpones de las estancias donde se almacenaban cueros y lanas y se desarrollaban las esquilas cuando el rebaño de las Islas llegó a superar las 700,000 cabezas.
También presente en la ceremonia estuvo la legisladora electa de las Islas, MLA Leona Roberts quien fuera gerente de la institución en sus comienzos, y recordó cómo se mudaron a las instalaciones actuales, tras un período en que fueran tanto las dudas como las certezas de organizar el Museo. Por tanto agradeció a los legisladores de la época que se sumaron a la iniciativa y se arriesgaron a votar algunos fondos, al igual que todos quienes respaldaron e hicieron posible el proyecto. También resaltó el entusiasmo y dedicación de corazón y alma de los funcionarios que se comprometieron a extremos increíbles para que la obras se pusiera en marcha.
La ocasión asimismo motivó a muchos de los concurrentes a la ceremonia, aquellos que recordaron los acontecimientos de la guerra de 1982, con grabaciones de época y conciudadanos que ya no están más, algunos que eran amigos y otros que no, pero después de las grabaciones me apego a que todos son/fueron amigos. Otra de las presente y colaboradora en tiempo libre del Museo, resaltó que Leona Roberts había descripto con claridad el cariño por el trabajo hecho, y la conexión que había con las exhibiciones. Es un museo vivo, de varias generaciones, nada polvoriento, mustio o agostado, en que uno revive el entusiasmo por las Islas y su historia y la gente que quiero.
Otros recordaron que resulta tan conmovedor pues fotos, documentos ”traen a la memoria, y a la vida, a aquellos que ya no están entre nosotros pero que ahí los vemos, por ejemplo me mantiene viva la memoria con quienes alguna vez navegué por ejemplo en el John Biscoe (barco de investigación antártica británico que tenía puerto de recalada en las Falklands, y Montevideo, dicho de paso).
El Museo es una memoria viva de las Falklands y el personal de la institución realizan un trabajo maravilloso, fantástico!!”