Un estudio publicado la semana pasada por Oxfam, movimiento mundial que lucha por acabar con la injusticia de la pobreza, reveló que los dos hombres más ricos de América Latina y el Caribe poseen más que los 334 millones de personas que conforman el estrato más bajo de esa sociedad.
Carlos Slim y Germán Larrea encabezan la lista de los cerca de 98 multimillonarios de estas partes del mundo, cuya riqueza acumulada alcanza los 480.000 millones de dólares, lo que equivale a todo el PIB anual de Chile y Ecuador, detectó la encuesta de Econonuestra.
Lo que subyace a esta profunda desigualdad es que cada vez hay una mayor concentración de la riqueza en manos del 1% de la población frente a la pobreza que vive la población más pobre, dijo a EFE la directora de Oxfam Colombia, Sandra Mojica.
La región atraviesa múltiples crisis que han profundizado esta desigualdad y la han posicionado como la zona con mayor desigualdad en el mundo, agregó.
América Latina y el Caribe es la región del mundo donde existe la mayor polarización entre la riqueza que concentra el 1% más rico de la población y la que está en manos del 50% más pobre, reza el informe divulgado el viernes en Bogotá.
Desde el año 2000, la fortuna conjunta de estos magnates ha aumentado un 368%, lo que significa que ha crecido seis veces más rápido que la economía de toda la región y a un ritmo de 43,7 millones de dólares diarios.
En otras palabras, un trabajador con el salario mínimo promedio de la región tendría que trabajar 90 años para ganar lo mismo que gana el multimillonario latino-caribeño promedio en un solo día, destacó el estudio.
La pobreza en la región en 2023 alcanzará a casi el 30% de la población, (alrededor de 183 millones de personas), y la pobreza extrema alcanzará niveles más altos que en 2010.
Estos millonarios concentran la mayor cantidad de riqueza mientras que los más pobres ni siquiera logran concentrar 1 dólar de cada 100 dólares de riqueza generada, señaló también Mojica. Este fenómeno se debe a que la mayoría de los sistemas fiscales de la región favorecen a los más ricos y poderosos y no a la población.
En la mayoría de los países, los millonarios y las empresas presionan por medidas que favorecen la redistribución que impiden que los Estados tengan autonomía para tomar medidas que beneficien a la población, ahondó.
No es que no se genere riqueza en la región, no es que no haya recursos en la región, es que la forma en que se están redistribuyendo estos recursos en la región está generando estas profundas desigualdades, insistió Mojica.
Según Oxam, para cerrar la brecha de desigualdad se necesitan políticas públicas dirigidas a reducir las desigualdades interseccionales que prioricen los ingresos, el acceso a la salud y a la educación. Pero esto implica una alta inversión pública en servicios universales que garanticen los derechos básicos de manera igualitaria. Los impuestos a las grandes fortunas de la región podrían generar unos ingresos adicionales para el conjunto de la región de hasta 264.000 millones de dólares.
Oxfam también apoya que se aborde el cambio climático que afecta a los más pobres, al tiempo que se promueve la corresponsabilidad en el trabajo de cuidados, que históricamente han asumido las mujeres sin remuneración.
Otro estudio de Oxfam publicado en enero reveló que la riqueza de los cinco hombres más ricos del planeta había aumentado un 114%, mientras que casi 5.000 millones de personas se habían empobrecido desde 2020.