Ha quedado como la imagen más icónica de la guerra de las Islas Falkland: es la foto de un muy joven infante de Marina de Su Majestad cargando su mochila y desde ella la antena en que lucía la bandera británica. Es la gran marcha hacia Stanley, la que marcaría lo que sería la derrota y rendición de las fuerzas argentinas y la Liberación de las Islas el 14 de junio 1982. La foto fue tomada por Pete Holdgate quien marchaba tras el joven infante de marina con la bandera, -apenas algo más de un pendón - británico flameando de una antena, pero fue tal la inspiración y adhesión patriótica generados en la opinión pública del Reino Unido, que eventualmente se convirtió en un bronce dedicado a esa Gran Marcha (Yomper Statue) y desenlace final de la Guerra en la ciudad de Portsmouth, base de la Marina Real, y punto de partida de la Fuerza de Tareas enviada a recuperar las Falklands.
El entonces joven infante de marina, Pete Robinson, estuvo en las Islas y la directora del semanario Penguin News, Lisa Watson, aprovechó para entrevistarlo.
Pete confesó que le hubiera encantado visitar las Islas cuando el cuarenta aniversario de la guerra, aunque finalmente logró llegar a las Islas mediante SAMA (Veteranos integrantes de la Asociación de Condecorados con la Medalla del Atlántico Sur) en el 2023, pero igualmente estaba contento de poder disfrutar más tiempo en las Islas y lograr recorrer muchos de los campos de batalla en lugar de aquellos en que se vio involucrado personalmente.
Dijo que ”resultó realmente sorprendente ver lo que hicimos como el grupo 45 de Comandos, como también lo logrado por otras unidades, los paracaidistas y las Guardias reales, (escoceses, País de Gales). Creo que fuimos todos iguales en lo alcanzado. Ninguna unidad fue la mejor, fue un trabajo en equipo tanto de militares como de civiles.
En cuanto a la icónica imagen, que lo acompañará de por vida, explicó que fue tomada durante plena batalla y rendición obtenida por el Comando 45, al conquistar el cerro Dos Hermanas, donde estuvimos un día entero en tanto otras unidades se hacían de los cerros de Longdon, Wireless Ridge y Tumbletown los cerros que rodean el acceso a la capital Stanley y lugar de la última resistencia de las fuerzas de ocupación.
De ahí recibieron órdenes de marchar a Wireless Ridge ya que Pete tenía a su cargo un Milan, sistema de misiles anti tanque, con un alcance de dos mil metros y de gran puntería.
Pete originalmente del Grupo Comando 40 había sido transferido al Grupo Comando 45 y la razón para desplegarse en Wireless Ridge era para cubrir cualquier posible asalto a las tropas cuando ingresaran a Stanley, porque la verdad es que al momento no sabíamos que (los argentinos) se habían rendido, y había rumores que tomar Stanley podría haber sido un combate calle por calle, casa por casa, y nuestra misión era brindar cobertura con los misiles contra cualquier blindado, ya que los argentinos contaban con los AML 245, vehículos blindados livianos de origen francés, además de liquidar cualquier nido de ametralladoras.
Pero en medio de los preparativos, los rumores de la rendición y de banderas blancas se pudieron apreciar. En ese momento un helicóptero argentino con la cruz roja los sobrevoló pero recibieron la orden de no derribarlo.
A partir de ahí descargaron armas y el marino real que marchaba delante mío tenía una pequeña bandera británica (Union Jack) que había obtenido en el SS Canberra, barco en que vinimos a las Islas, y todavía la tenía en su bolsillo. Intentó colgarla del rifle pero resultó muy grande y por tanto decidimos colgarla de mi antena.
Para peor la cinta negra que utiliza la infantería de marina para camuflarse al principio no resistió el viento y la bandera terminó en lo que después nos enteramos era campo minado, pero igualmente un infante de marina la recuperó y la ajustamos bien a la antena, y así todos embarrados marchamos para ingresar a Stanley.
Fue entonces que el fotógrafo naval Holgate quien había estado por dos horas marchando tras de Pete decidió tomar la foto, a medida que le viento hacía flamear la bandera con cierta delicadeza, algo raro en Falklands por la intensidad del viento en las Islas.
Como excelente profesional que es Holdgate se dio cuenta que podría ser una de esas imágenes tan significativas y se apuró a retornar al barco y transmitirla de inmediato directo a Londres, el resto ya es historia y como Uds. dicen se convirtió un ícono de la guerra.
En 1985, Pete Robinson deja la Infantería de marina y se incorpora a la vida civil, pero en una charla con miembros de la familia militar contó la historia de la icónica foto, y poco después lo buscan para hacer la estatua que luce en Portsmouth.
La estatua fue realizada por el plástico Philip Jackson, y Pete visitó en varias oportunidades la fundición. Y finalmente en julio 1992 la estatua fue inaugurada por la propia Margaret Thatcher.
Qué mujer extraordinaria!! Me miró a los ojos y me dijo, 'ves a toda esa gente, no vinieron sólo a verme a mí, también lo hicieron para verte a tí
En una reflexión final sobre la foto y la estatua Pete admitió que era algo que lo había obsesionado mucho tiempo, porque según explicó tanta gente hizo más que yo, militares y civiles, las tripulaciones de los barcos que nos trajeron a las Islas y creo que la imagen de un infante de marina ingresando a Stanley con la bandera británica sintetiza maravillosamente el trabajo de equipo que se logró...
Y sin olvidar el otro vínculo, a veces olvidado, y son los esfuerzos y riesgos asumidos por los propios habitantes de las Falklands...durante la ocupación para frustrar a los invasores argentinos. Tuve la suerte de leer el libro sobre 'Los habitantes de las Falklands en Guerra', escrito por Graham Bound, y me pareció algo brillante...
Todo lo que alcanzamos fue un esfuerzo conjunto, militares, civiles, residentes. Y sé muy bien por mis charlas con Veteranos y que han estado en las Islas, todos retornan diciendo lo logramos y la gente realmente aprecia lo que hicimos. Saben muy bien cuán cálida es la bienvenida con que los reciben y agasajan en las Falklands”