Exportadores chilenos de fruta han presentado una demanda por una sucesión sistemática de abusos ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) contra la naviera Mediterranean Shipping Company (MSC), se informó en Santiago.
MSC, presumiblemente la mayor naviera del mundo, ha sido acusada por 23 empresas chilenas exportadoras de fruta de retrasar deliberadamente los embarques y aplicar sobreprecios que han provocado pérdidas por 38 millones de dólares. Los fruticultores afirman haber sufrido una sucesión continua y sistemática de abusos durante la temporada 2021-2022.
Según Diario Financiero, la demanda detalla prácticas como retrasos deliberados de carga y cobros injustificados por parte de la naviera, que afectaron a 994 contenedores en más de 20 rutas distintas, lo que representa unas 16 mil toneladas de fruta.
Los productos afectados por estas supuestas prácticas son principalmente arándanos, se explicó asimismo. Pero también manzanas, peras, uvas y cítricos habrían sufrido perjuicios de diversa consideración.
Los abogados que representan a las empresas chilenas señalaron que sus clientes reservaron sus cupos de carga con meses de anticipación a la temporada de exportación, pero una vez que las tarifas marítimas comenzaron a subir debido a las restricciones por la pandemia de Covid-19, la naviera decidió priorizar otras rutas, dejando así de lado sus compromisos previos.
MSC, apalancada en los contratos que había cerrado, y con la certeza de que seguiría obteniendo los ingresos de dichos contratos, optó deliberadamente por explotar otros negocios en detrimento de nuestros clientes, alterando las rutas y el número de escalas en las rutas requeridas por ellos, lo que pudo hacer sin ningún contrapeso ni riesgo de ser sancionada, sólo por la
situación cautiva en la que se encontraban, argumentaron los exportadores de fruta a través de sus asesores legales.
La compañía también cobró a las empresas frutícolas sobreestadías en los puertos de destino (recargos por congestión), que los asesores jurídicos argumentaron que se aplicaron de antemano, incluso sin tener la certeza de que se fueran a producir.
El otro sobrecoste consitió en cargos por cada día adicional que el contenedor permanecía más allá del tiempo asignado en el puerto (recargo por demora). En este sentido, las compañías sostienen que estos conceptos se aplicaron cuando la mercancía estaba bajo custodia de MSC y no podía ser liberada en los puertos de destino como consecuencia de su propio retraso ilegítimo.
Según DF, la demanda solicita que se impida a MSC repetir esta conducta, además de otras medidas correctivas y multas.