La Policía Federal de Brasil detuvo a un empresario considerado el cabecilla de un grupo criminal responsable de la tala de 65 kilómetros cuadrados de selva tropical. Al parecer, el sospechoso se apoderó ilegalmente de las tierras amazónicas en el estado de Pará para dedicarlas a la tala y la ganadería.
Durante la redada también se confiscaron 300 gramos de oro en bruto. El comisario de policía Manoel Neto dijo que probablemente había sido extraído de minas ilegales.
El acusado, identificado como Bruno Heller, fue detenido en el municipio de Novo Progresso, en el sur del estado amazónico de Pará, en una operación policial contra los registros fraudulentos de tierras para la deforestación.
La investigación policial indicó que el empresario sería el líder de un grupo criminal que controla 210 kilómetros cuadrados de tierras en la Amazonia que lindan con reservas indígenas y áreas de protección ambiental.
La banda criminal vinculada al sospechoso registraba fraudulentamente tierras a nombre de terceros, principalmente familiares, y luego talaban los árboles y la vegetación para criar ganado. Así explotaban los recursos y se protegían de procedimientos penales y administrativos, se explicó.
Los tribunales confiscaron a los acusados 16 granjas y 10.000 cabezas de ganado. Además, ordenaron el embargo de 116 millones de reales (23 millones de dólares) por los recursos naturales extraídos.
La detención de Heller coincide con la publicación de nuevos datos sobre la deforestación de la selva brasileña. El mayor control del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva redujo la tala, pero no es suficiente. Entre agosto de 2022 y julio de 2023, la Amazonia perdió 7.952 kilómetros cuadrados de vegetación, y la mayor devastación se produjo en la brasileña, con un 72,8%. La principal causa de la deforestación en la región fue la sequía y las actividades ilegales.
La tala devasta la flora local y amenaza la fauna. La deforestación se lleva a cabo en zonas públicas sin control y en zonas privadas que superan los límites permitidos.
En otra redada policial no relacionada a este caso, también en el estado de Pará, el empresario y propietario de tierras André Texeira fue detenido por su presunta implicación en un complot para asesinar a Lula da Silva. Según testigos, Texeira había comentado mientras compraba bebidas en una tienda de Santarem que tenía intención de matar a Lula durante una visita oficial.
Texeira, que también es sospechoso de buscar oro ilegalmente en los ríos amazónicos, declaró a la Policía que participó en los disturbios del 8 de enero en Brasilia, cuando seguidores del expresidente Jair Bolsonaro (2019-2022) asaltaron las sedes de los tres poderes del Estado.
También admitió haber financiado durante 60 días las manifestaciones frente al Octavo Batallón de Ingenieros del Ejército en Santarem para pedir a las Fuerzas Armadas que dieran un golpe de Estado contra Lula.