El ministro de Seguridad y Justicia de Brasil, Flávio Dino, explicó el miércoles el alcance de las instrucciones que le dio el presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobre el cierre de casi todos los campos de tiro.
Dino dijo que Lula se refería a regular estas instalaciones, que han crecido en los últimos años sin ningún control. También señaló que muchos de ellos eran serios y se dedicaban exclusivamente a actividades deportivas. Sin embargo, en algunas de estas instalaciones, desgraciadamente, debido a la falta de control, se han producido actividades ilegales y delictivas, con el desvío de armas al mercado negro, añadió.
El decreto de Lula de la semana pasada sobre el control responsable de armas reduce de cuatro a dos el número de armas y sus municiones para fines de defensa personal, y exige la demostración de la necesidad efectiva de adquirirlas, entre otras cuestiones.
Además, reduce de 30 a 6 el número de armas para cazadores, tiradores y coleccionistas (CAC), y limita el horario de funcionamiento de los clubs de tiro, que además deberán estar a una distancia mínima de un kilómetro de los centros escolares. Con la nueva norma, los CAC ya no pueden llevar armas cargadas y el control de cazadores, tiradores deportivos y coleccionistas, clubes de tiro, armerías y otros locales pasó del Ejército a la Policía Federal.
Dino insistió en que el Gobierno estaba muy preocupado por esos centros de tiro ilegales que aparecieron en los últimos años en medio de la flexibilización de las normas para la tenencia de armas bajo el mandato del ex presidente Jair Bolsonaro.
El ministro precisó que las directrices dadas por el presidente Lula inciden en regular y controlar ese tipo de establecimientos y lamentó que algunos hayan utilizado sus palabras para difundir un falso discurso sobre la defensa de las libertades.
¿Libertad para matar? ¿Hay libertad para delinquir? ¿Hay libertad para estafar? ¿Para desviar armas a las bandas? ¿Qué clase de libertad es ésa? se preguntó Dino.
Quien es coleccionista de verdad, muy bien. Un cazador, un tirador deportivo, muy bien. Es una actividad legítima y vamos a intensificar el control de los clubs de tiro que no cumplan la ley y serán cerrados. Con eso expulsaremos a los malos profesionales, subrayó.
Lula había dicho que era necesario cerrar casi todos los clubes de tiro y sólo dejar abiertos los que pertenecen a la Policía Militar, al Ejército o a la Policía Civil, que eran los únicos que necesitaban lugares para realizar esas prácticas. Una organización policial es la que tiene que tener un lugar para disparar, para entrenar, no es la sociedad brasileña, no estamos preparando una revolución, dijo Lula.
El mandatario también argumentó que Bolsonaro había liberado la compra de armas para complacer al crimen organizado y a la gente que tiene dinero. La semana pasada, el presidente firmó un decreto que limita el acceso a las armas y municiones para los civiles, anulando efectivamente la flexibilización de las restricciones a la compra y venta de armas que Bolsonaro había favorecido.