El ex presidente brasileño Fernando Collor de Melo ha sido condenado este miércoles por el Supremo Tribunal Federal (STF) a 8 años y 10 meses de cárcel por haber recibido unos 4 millones de dólares para facilitar irregularmente contratos entre una constructora y una filial de Petrobras.
El juez del STF Alexandre De Moraes definió la pena en base a cuatro años y cuatro meses por el delito de corrupción pasiva, y cuatro años y seis meses por lavado de dinero. En cuanto al cargo de asociación criminal, De Moraes argumentó que ha prescrito porque el acusado tiene más de 70 años. El relator del caso, Edson Fachin, sostuvo que Collor debería haber sido condenado a 33 años y diez meses de prisión. La Procuraduría General de la República (PGR) pidió una pena de 22 años y ocho meses de prisión.
Collor no será detenido de inmediato, porque la defensa del ex senador aún puede apelar este fallo. Durante el juicio, su equipo jurídico pidió la absolución con el argumento de que las acusaciones provenían de oídas y no se habían presentado pruebas incriminatorias.
El acusado habría recibido los sobornos entre 2010 y 2014, cuando era senador.
Según la denuncia presentada contra Collor de Mello por la Fiscalía en 2015, el ex jefe de Estado utilizó su influencia en la política para beneficiarse de contratos fraudulentos entre BR Distribuidora, filial de la petrolera estatal Petrobras, y la constructora UTC del empresario Joao Lyra, con quien mantiene una relación de amistad.
Por intermediar en estos contratos, Collor recibió supuestamente 3,7 millones de euros, una comisión del 15% de las sumas pagadas al empresario.
Collor de Mello gobernó Brasil entre 1990 y 1992, cuando renunció al cargo en un momento en que estaba a punto de ser sometido a un juicio político por corrupción, del que más tarde sería absuelto por el STF.
Entre 2007 y 2023 ocupó un escaño en el Senado y el año pasado fue candidato sin éxito al cargo de gobernador del estado de Alagoas, que ya había ocupado antes de convertirse en Presidente.