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Uruguay importará agua embotellada; la planta desalinizadora no cabe en el avión
La planta tardará “unas semanas” en llegar a Uruguay por barco, explicó Delgado. Foto: Sebastián Astorga El Ministerio de Economía de Uruguay dio luz verde el lunes a la importación libre de impuestos de agua embotellada como una de las medidas contra la sequía que afecta a Montevideo y el área metropolitana, se informó. Por su parte, el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, confirmó que la unidad desalinizadora que se traerá desde Houston no cabe “por 15 centímetros” en el avión Hércules C-130 enviado a recogerla, por lo que tardará “algunas semanas” en llegar a Sudamérica por barco.
”Con los primeros datos que dieron de las dimensiones cabía en el Hércules, (pero) cuando la empresa ajustó por 15 centímetros no cabe“, dijo Delgado.
El gobierno uruguayo compró una planta desalinizadora de 150.000 litros para ser utilizada en hospitales y otros lugares donde pueda ser necesaria, ya que puede ser transportada de un lugar a otro en un camión.
”Vamos a utilizar varias plantas desalinizadoras. La más importante es la que tiene UTE en Punta del Tigre, que es de ósmosis inversa. Vamos a utilizar otro tipo de plantas. Y también una que había diseñado UTEC, que estaba en Houston, y que se iba a buscar. Aparentemente, por 15 centímetros, no cabe en el Hércules“, dijo Delgado en conferencia de prensa el lunes desde Maldonado.
”Con los primeros datos que dieron sobre las dimensiones, cabría en el Hércules, (pero) cuando la empresa ajustó el contenedor, que no era tan estándar, por 15 centímetros no cabe. Por lo tanto, esta semana se está habilitando la posibilidad de que venga por barco“, añadió.
Actualmente, la empresa de agua OSE está abrevando del bajo río Santa Lucía para mezclar con las tomas de aguas arriba que utiliza normalmente, con el fin de estirar las reservas del país en medio de una sequía ”sin precedentes“.
Más allá de ampliar la capacidad de abastecimiento de OSE, el agua entregada a la población es de peor calidad, tanto que el ministro de Medio Ambiente Robert Bouvier dijo que era ”bebible“ pero ”técnicamente“ no ”potable”.
