Las autoridades sanitarias chilenas confirmaron el miércoles el primer caso de un paciente humano aquejado de gripe aviar. Se trata de un hombre de 53 años de la ciudad de Arica, en el norte del país, que ha sido reportado como estable.
”Se activaron los protocolos sanitarios establecidos para el manejo de esta enfermedad y se tomaron los exámenes correspondientes para su análisis por parte del Instituto de Salud Pública (ISP), que confirmó que se trata de influenza aviar, informó el Ministerio de Salud de Chile en un comunicado.
El organismo también llamó a la población a no manipular aves o mamíferos enfermos o muertos e instó a los trabajadores avícolas a seguir los protocolos de seguridad correspondientes y vacunarse contra la influenza estacional”.
Los expertos tratan ahora de determinar la fuente de contacto y si hay antecedentes de otros afectados en el entorno del paciente.
El primer caso de gripe aviar en animales en Chile se registró el 14 de marzo, en una granja avícola industrial. Chile ya había detectado el virus en aves silvestres, lobos marinos y nutrias en 13 de las 16 regiones del país desde diciembre de 2022. La semana pasada, el Servicio Agrícola y Ganadero de Chile informó de la detección de un caso de gripe aviar en una planta industrial del sur del país, lo que implicó el sacrificio de cerca de 50.000 aves.
El virus H5N1 puede transmitirse de aves o mamíferos marinos a humanos y puede causar síntomas como tos, fiebre superior a 38 grados Celsius y diarrea, entre otros.
A principios del mes pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó a la vigilancia por el riesgo de transmisión de la gripe aviar a mamíferos tras detectar casos en zorros, nutrias y leones marinos.
Según la OMS, la gripe aviar afecta principalmente a las aves de corral domésticas y se considera altamente mortal. Aunque se trata de una enfermedad animal, es posible la transmisión a humanos que tengan contacto con aves enfermas. El primer caso de gripe aviar notificado en América Latina se registró en Ecuador en enero de este año, en una niña de 9 años que vivía en una zona rural de la provincia de Bolívar.