El tema del desarrollo de la acuicultura en las Islas Falkland no cesa en el debate público, y ahora han surgido voces de partes interesadas quienes afirman que el proceso de investigación ante la posibilidad del desarrollo de dicha industria, gran escala, se ha visto truncado.
Al respecto el semanario de las Islas Penguin News se entrevistó con el legislador electo de las Islas, MLA Pete Biggs, quien hizo campaña y logró la banca con su plataforma anti acuicultura industrial, y le preguntó sobre el resurgimiento de los lobistas en favor de dicha industria.
MLA Biggs afirmó estar muy sorprendido cuando fue abordado por representantes de una empresa vinculada a la cría de salmones en granjas, pero igualmente abordó el asunto.
En efecto, le informaron que a pesar de la decisión del Consejo Ejecutivo de las Islas que la cría industrial a gran escala de especies marinas no tendría que suceder en las Islas Falkland, ellos han decidido volver e intentar nuevamente lograr el interés en el desarrollo de esa industria. Y me anticiparon que iban a moverse entre la gente, hablando con ellos para ver si es que pueden hacerles cambiar de parecer.
El semanario PN también habló con James Wallace del Grupo Fortuna Ltd, quien trabaja junto a los interesados en desarrollar la acuicultura a gran escala en las Falklands.
No estamos bajo la impresión que tenemos el derecho o la seguridad de ser atendidos y aprobados, pero si pensamos que cualquiera trabajando con el gobierno de las Islas, FIG, tiene el derecho a esperar un proceso transparente y objetivo, y entienden que el proceso relativo a la investigación del desarrollo de la acuicultura en las Falklands se había visto trunco, pues se tendría que haber recogido e incluido información independiente antes que se tomara una decisión
Creemos que es necesario repensar la decisión de no ir adelante con una investigación fundacional, y que, depender en información anecdótica sobre el tema, resulta fuera de lugar
MLA Biggs agregó que en la conservación se hizo referencia a un acuerdo con algún elemento del gobierno de las Islas sobre que había mantenerse callados sobre el tema, y agregó, no he encontrado a nadie dentro de FIG que me confirmado esa versión.
Preguntado James Wallace sobre la naturaleza del acuerdo realizado entre el FIG y (la empresa industrial) Unity Marine, respondió, ...se nos solicitó que no estuviéramos involucrados como parte activa del proceso. Esa fue la parte crucial del acuerdo.
Cuando se insistió con quien se acordó, un Departamento, legisladores electos, o el entonces administrador general de las Islas, Wallace dijo que fue ciertamente parte del acuerdo alcanzado con representantes de FIG en ese momento, y cuando se le insistió si el tal acuerdo había sido formalizado, Wallace sostuvo que formal o informal, se entendió de parte nuestra que era en efecto parte del acuerdo. Esa es la forma en que querían que nos moviéramos.
MLA Biggs dijo que no ha cambiado su parecer en materia de la acuicultura industrial a gran escala, y según lo que estoy al tanto, si bien existen diferencias de opinión en cuanto a si, o no, debe implementarse legislación prohibiendo dicha industria, si creo que mis siete colegas en la Asamblea Legislativa están comprometidos con la preservación del medio ambiente y la salud de los mares en torno a las Falklands”, concluyó.
Digamos finalmente que la gente de las Falklands están muy comprometidos e identificados con las políticas relativas al cambio climático, y necesidad de preservar el medio ambiente impulsadas oficialmente por el gobierno británico. Además a nivel local existe creciente conciencia medioambientalista del público en general, como uno de los grandes atractivos de la industria del turismo, además de contar las Islas con dos instituciones de reconocimiento científico internacional en la materia como lo son Falklands Conservation y SAERI, South Atlantic Environment Research Institute, con profesionales de primera línea.
Sin desconocer que en Tierra del Fuego existe un fuerte movimiento 'verde' similar contrario a la acuicultura industrial a gran escala y en Chile, si bien el éxito de la industria, particularmente cría de salmones, ha puesto al país entre los principales productores del mundo, también han sido incontables los abusos, excesos y hasta desastres ecológicos que se han producido en algunas regiones salmoneras del país.