La Policía brasileña liberó el martes a 599 personas detenidas tras el asalto y saqueo del domingo de la sede de los tres poderes del Estado en Brasilia.
Ancianos, enfermos e indigentes fueron puestos en libertad por razones humanitarias, además de madres con hijos, explicaron las autoridades, después de que más de 1.500 partidarios del expresidente Jair Bolsonaro hubieran sido detenidos tras los disturbios del domingo, que buscaban destituir al presidente Luiz Inácio Lula Da Silva mediante un levantamiento militar.
Los liberados fueron confinados en un gimnasio de la Academia Nacional de la Policía Federal en la capital brasileña. Muchas voces de la oposición habían calificado las instalaciones como un campo de concentración de los tiempos modernos.
Tras su liberación, algunos de los beneficiarios de la medida fueron transportados en autobuses hasta una estación desde donde pudieron regresar a sus hogares, mientras que otros fueron llevados a la penitenciaría de Papuda, según AFP. La liberación no significa necesariamente que estén libres de cargos, y algunos de ellos pueden ser llamados a juicio más adelante, dijo a EFE un portavoz de la Policía Federal.
Ahora vamos a descansar y a prepararnos para una nueva lucha, porque si creen que nos van a intimidar, están muy equivocados, dijo a la AFP Augustinho Ribeiro, uno de los bolsonaristas liberados que se quejó del trato humillante en el gimnasio.
La Policía Federal desmintió las informaciones sobre la muerte de una anciana el lunes en la sede de su academia. Los 1.500 detenidos participaron en el asalto o se encontraban en un campamento instalado hace dos meses frente a un cuartel del Ejército, desde donde exigían una intervención militar contra Lula.
Por el momento, 527 personas han sido detenidas formalmente por los atentados. Unas 300 de ellas fueron arrestadas el domingo durante los disturbios, mientras que las otras fueron capturadas un día después en un campamento bolsonarista frente al Cuartel General del Ejército.
Según la Policía, todos los procesos están siendo acompañados, ininterrumpidamente por varias entidades como la Orden de los Abogados de Brasil, el Cuerpo de Bomberos, la Secretaría de Salud del Distrito Federal y la Defensoría Pública Federal, se explicó. ”Todos están recibiendo alimentación regular (desayuno, almuerzo, merienda y cena), hidratación y atención médica cuando es necesario”, dice el comunicado.
La situación de los detenidos también está siendo vigilada de cerca por el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Esto se debe a las denuncias de violación de los derechos de algunos de los detenidos.
Después de que algunos de los detenidos publicaran mensajes en las redes sociales denunciando las supuestas condiciones inhumanas de su detención, el Ministerio de Derechos Humanos dijo el martes en un comunicado que estaba supervisando el asunto junto con el Ministerio de Justicia.