El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se despidió este viernes entre lágrimas de sus seguidores durante una transmisión en directo por redes sociales antes de partir hacia Estados Unidos.
”El mundo no se acabará el 1 de enero (...) Tenemos un gran futuro por delante. Se pierden batallas, pero no perderemos guerras, subrayó. Hacia las dos de la tarde, abordó un avión de la Fuerza Aérea Brasileña rumbo a Estados Unidos junto a su esposa y ocho funcionarios de su elección que pasarán a integrar el equipo permanente de seguridad al que tienen derecho todos los expresidentes.
Se espera que Bolsonaro permanezca al menos un mes en Orlando, Florida. Ya estoy en vuelo, volveré lo antes posible, dijo Bolsonaro a CNN Brasil. Confirmó así que no asistirá a la toma de posesión de Luiz Inácio Lula Da Silva, el 1 de enero.
El vicepresidente Hamilton Mourao también confirmó la partida de Bolsonaro, al asumir como jefe interino del Ejecutivo hasta la medianoche del sábado 31 de diciembre. También dijo que no planeaba participar en las ceremonias del domingo con el líder del Partido de los Trabajadores.
Tras la partida de Bolsonaro, sus seguidores, que habían acampado frente a cuarteles del Ejército llamando a una sublevación, también optaron por marcharse, mientras que fuera de la residencia de Alvorada, dos manifestantes que veían la transmisión en directo a través de sus teléfonos móviles le insultaron con gritos de cobarde y sinvergüenza, según AFP.
Algunos deben estar criticándome, diciendo que podría haber hecho esto o aquello (...) No puedo hacer algo que no esté bien hecho, sin que los efectos colaterales sean demasiado perjudiciales, insistió Bolsonaro. Nunca esperé llegar a esto, dijo Bolsonaro entre lágrimas. Como mínimo, retrasamos cuatro años el hundimiento de Brasil en esta ideología nefasta que es la izquierda (...). Hice lo mejor que pude, agregó.
A partir del 1 de enero, Bolsonaro dejará de tener inmunidad judicial y está involucrado en una serie de investigaciones por las que podría enfrentar penas de cárcel.
Sobre el plan de algunos de sus seguidores de hacer estallar una bomba cerca del aeropuerto de Brasilia para desencadenar un golpe militar, que fue frustrado por la policía la semana pasada, Bolsonaro subrayó que nada justifica ese intento de acto terrorista”.