El Senado de Chile acordó el martes, por 30 votos a favor, uno en contra y una abstención, prorrogar el estado de excepción en dos regiones del sur del país azotadas por el llamado conflicto mapuche que involucra a comunidades indígenas, empresas forestales y al gobierno federal.
El estado de excepción es una herramienta específica, pero si no se inserta en una estrategia mayor sólo será un alivio transitorio y superficial a los problemas que tenemos en la zona, explicó la ministra del Interior, Carolina Tohá.
Esta novena prórroga estará vigente por 15 días más en toda la región de La Araucanía y en las provincias de Arauco y Biobío en la región del Biobío, permitiendo el despliegue de fuerzas militares en la zona para asistir a Carabineros (policía militarizada) en el control del orden público, incluyendo la vigilancia de las principales carreteras y caminos aledaños en medio de una escalada de casos de sabotaje a la maquinaria forestal, incendios a la propiedad, robo de madera y tiroteos.
El pueblo mapuche, el mayor grupo indígena de Chile, reclama las tierras que habitó durante siglos antes de que fueran ocupadas por la fuerza por el Estado chileno a finales del siglo XIX en un proceso conocido oficialmente como la Pacificación de la Araucanía y que ahora pertenecen en su mayoría a empresas forestales.
Hay un clima de violencia que se ha incrementado, con confianzas rotas y brechas sociales que persisten, lo que ha llevado a un conflicto que no ve horizonte de solución y a una violencia creciente, dijo también Tohá.
El 16 de mayo, el gobierno chileno decretó el estado de excepción constitucional y la medida se ha extendido desde entonces para contener la violencia derivada del conflicto que ya lleva décadas.