Después de que el rechazo se impusiera en el referéndum del domingo para aprobar un proyecto de nueva Constitución, el Presidente de Chile, Gabriel Boric Font, se vio obligado a remodelar su gabinete este martes en un intento de recuperar cierta credibilidad después de que menos del 40% de los votantes le apoyaran.
Así, el jefe de Estado actualizó su administración con un equipo más moderado en lugar del grupo de extrema izquierda que llegó al poder con él.
Desde el Palacio de La Moneda, Boric anunció la salida de dos de sus aliados más cercanos: La ministra del Interior, Izkia Siches, una médica que no supo manejar eficazmente el conflicto mapuche, entre otras deficiencias, y Giorgio Jackson, quien fue destituido como ministro secretario general de la Presidencia (Segpres).
Boric reconoció que se trata de uno de los momentos más difíciles desde que asumió el cargo en marzo, y pidió una nueva coordinación del Gobierno que fortalezca la coalición que los apoya.
Para ello eligió a Carolina Tohá, licenciada en Ciencias Políticas y militante del Partido por la Democracia (PPD), como nueva ministra del Interior y a la militante del Partido Socialista (PS) Ana Lya Uriarte, antigua colaboradora de Siches, al frente de la Segpres.
Jackson sobrevivió a una destitución total y fue nombrado ministro de Desarrollo Social y Familia, mientras que los nuevos funcionarios son Ximena Aguilera (Salud), Diego Pardo (Energía) y Silvia Díaz (Ciencia y Tecnología).
Boric también tuvo que volver sobre sus pasos luego de que su primera opción para Interior fuera el profesor comunista Nicolás Cataldo, lo que provocó duras reacciones de los legisladores conservadores que anunciaron que Cataldo sería declarado persona non grata por sus dichos de hace años respecto de los Carabineros (Policía) que debía supervisar.