Casi el 62% de los votantes chilenos optó por rechazar la Constitución redactada por una Asamblea convocada tras los incidentes de 2020 que llevaron a la elección del presidente Gabriel Boric Font.
Tras el resultado del domingo, la actual Constitución de la dictadura militar de Augusto Pinochet seguirá vigente. Sin embargo, Boric había anunciado que insistiría en tener una Carta Magna más nueva y progresista si este proyecto no se aprobaba. Ya convocó a los miembros de su coalición a una reunión de urgencia este lunes para decidir los próximos pasos en este sentido.
La actual Constitución de Chile se redactó en 1980, pero desde entonces ha sido modificada en varias ocasiones.
En 2020, el entonces presidente Sebastián Piñera convocó un referéndum para crear una nueva constitución en medio del malestar social y el descontento popular. En octubre de ese año, más del 78% de los votantes aprobaron un plebiscito que proponía un cambio constitucional y en junio de 2021 volvieron a votar para elegir a los miembros de una asamblea constituyente.
La Asamblea Constituyente fue la primera en el mundo en tener plena paridad de género y la primera en la historia del país en incluir escaños designados para representantes indígenas.
El rechazo ganó con el 61,87% de los votos válidos frente al 38,13% a favor de la aprobación. Los opositores al documento demasiado progresista salieron a las calles el domingo por la noche con banderas chilenas y tocando el claxon.
La Constitución chilena de 1980 fue reformada en 2005 bajo el mandato del entonces presidente Ricardo Lagos (2000-2006). La nueva Constitución propuesta incluía 388 artículos, por los que Chile pasaría a ser un Estado de bienestar y también de una república democrática a una democracia paritaria, que otorgaría a las mujeres al menos el 50% de todos los órganos del Estado. También definía al país como un Estado Plurinacional e Intercultural, con el reconocimiento de 11 pueblos originarios, que tendrían sus respectivas autonomías regionales indígenas y sistemas jurídicos.
También dispuso que el presidente fuera reelegido por una sola vez, la eliminación del Senado para ser reemplazado por una Cámara de las Regiones, entre otras novedades por las que Chile se convertiría en un Estado Social y Democrático de Derecho, garantizando derechos sociales, como la educación, la salud, la vivienda, el trabajo y las pensiones, a la vez que indicaba que el Estado debía asegurar las condiciones para un embarazo, parto y maternidad voluntarios y protegidos, y para una interrupción voluntaria del embarazo.