El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, firmó la semana pasada el decreto por el que su país se adhiere a la Global Stroke Alliance, tras una conferencia internacional celebrada en Sao Paulo (Brasil).
En virtud del nuevo plan, el Ministerio de Salud de Uruguay (MSP) garantiza la atención universal y gratuita de las urgencias en caso de accidentes cerebrovasculares.
Ahora, todo usuario del Sistema Nacional Integrado de Salud que presente síntomas de tener un ACV debe ser trasladado al centro de trombólisis más cercano o accesible del lugar donde se encuentre, independientemente del prestador de salud al que esté afiliado. Es decir, todos los casos de ictus ingresarán por una puerta de urgencias única, universal y gratuita para su tratamiento, explicó el MSP.
También como resultado de la reunión de este año, Uruguay celebrará la edición de 2023 en Punta del Este en noviembre. Es un honor para Uruguay haber sido designado hoy, en base a sus avances en materia de ictus, por primera vez como sede de la reunión latinoamericana y caribeña de la Global Stroke Alliance, en conjunto con la Sociedad Iberoamericana de Enfermedades Cerebrovasculares”, destacó el ministro de Salud, Daniel Salinas.
El objetivo de la Organización Mundial del Ictus (WSO, por su sigla en inglés) es cambiar la línea de trabajo en el abordaje de la prevención de las patologías cardiovasculares y los accidentes cerebrovasculares. Durante el evento de Sao Paulo, la organización y las autoridades sanitarias brasileñas elogiaron el plan innovador e igualitario de Uruguay.
En 2020 el MSP creó el programa de salud cerebral, el primero y único en América y el tercero a nivel mundial, junto con Polonia y Noruega, que posiciona al país como un destacado referente en la materia a nivel mundial, con logros como la creación de un protocolo nacional de ictus, que reúne las directrices nacionales para el abordaje del ictus isquémico agudo; la incorporación en diciembre de 2021 de la cobertura financiera a través del Fondo Nacional de Recursos de la trombectomía mecánica para el tratamiento del ictus isquémico hiperagudo; la formación de 3.000 profesionales sanitarios para el mejor abordaje de este tipo de episodios; y ahora la disponibilidad única y universal del tratamiento.