La semana pasada se reanudaron los viajes a la Isla de Pascua tras las restricciones del COVID-19. El pasado fin de semana se realizó el segundo vuelo regular, reabriendo así una de las rutas turísticas más emblemáticas después de que las medidas sanitarias paralizaran todos los servicios de las aerolíneas comerciales.
El primer vuelo aterrizó en Rapa Nui el jueves pasado y el sábado marcó oficialmente el regreso de los servicios regulares. Los aviones de Latam, con capacidad para unos 300 pasajeros, estuvieron llenos cada día y en cada trayecto, se informó.
La compañía mantendrá dos vuelos regulares semanales durante agosto y aumentará las frecuencias a tres servicios semanales, según fuentes de la aerolínea.
Nos capacitamos y preparamos, los hoteles, los restaurantes, los mercados, las boutiques, porque la isla es una economía 100% turística, dijo a la prensa el alcalde de Rapa Nui, Pedro Edmunds.
La Federación de Empresas de Turismo de Chile (FEDETUR), por su parte, señaló que valoran la reapertura, porque era insostenible que la isla permaneciera cerrada a los visitantes, cuyo aporte es fundamental para la supervivencia de los numerosos negocios que hay allí, aunque los operadores se mostraron más cautos que optimistas dado el escaso número de turistas que llegarán a la isla.
Esta reapertura se produce en un momento en que la llegada de turistas extranjeros sigue frenada porque Chile mantiene las restricciones para ingresar al territorio nacional, como la aprobación de vacunas y las pruebas aleatorias de PCR, explicó la vicepresidenta ejecutiva de FEDETUR, Helen Kouyoumdjian.
Los viajeros a la Isla de Pascua deben tener una prueba de PCR negativa al subir al avión en el aeropuerto de Santiago, y una prueba de antígenos después de entrar en la isla.
La Isla de Pascua, territorio de Chile, es una remota isla volcánica de la Polinesia, cuyo nombre nativo es Rapa Nui. Es famosa por sus yacimientos arqueológicos, entre los que se encuentran cerca de 900 estatuas monumentales llamadas moais, construidas entre los siglos XIII y XVI. Se trata de figuras humanas talladas con cabezas de gran tamaño, que a menudo descansan sobre enormes pedestales de piedra llamados ahus.
Estos gigantes de piedra fueron hechos por los rapanui para representar a sus ancestros, gobernantes o antepasados importantes, que tras su muerte podían extender su mana o poder espiritual sobre la tribu, para protegerla.