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Guerra de Falklands: Liberación de Goose Green y de 102 civiles retenidos en condiciones inhumanas

Lunes, 30 de mayo de 2022 - 08:54 UTC
Vista de Goose Green donde estuvieron retenidos por semanas civiles de las Falklands incluyendo un bebé de cuatro meses Vista de Goose Green donde estuvieron retenidos por semanas civiles de las Falklands incluyendo un bebé de cuatro meses
Cascos, armas de las fuerzas argentinas abandonadas en el terreno tras la rendición de Goose Green Cascos, armas de las fuerzas argentinas abandonadas en el terreno tras la rendición de Goose Green

El 21/22 de mayo se cumplió el desembarco anfibio británico en San Carlos al noroeste de la Isla Este de las Falklands, y una vez que se aseguraron las cabezas de playa y las áreas circundantes, comenzó el avance en varias columnas, en dirección a la capital Stanley para el golpe final. a la invasión y ocupación argentinas. El último capítulo de la guerra de las Falklands.

Empero debido a un cambio de órdenes recibidas desde el Reino Unido, se instruyó que una columna también debía capturar y liberar el asentamiento de Goose Green donde una fuerza argentina estaba muy bien atrincherada con varios cientos de efectivos, algunos aviones Pucará, y luego se sabría abundante Napalm, de fabricación argentina.

El plan original era apurar la toma de Stanley y dejar inmovilizado a Goose Green, cuarenta kilómetros al sur de San Carlos, evitando lo que podría ser un combate muy sangriento y para el cual los propios comandantes en el teatro de guerra dudaban de contar con los suficientes recursos para tal misión. Pero órdenes son órdenes y uno de los grupos tuvo que marchar esos cuarenta kilómetros a pie hasta Goose Green.

Recordemos que debido al hundimiento del mercante Atlantic Conveyor con varios helicópteros de patrullaje y transporte de tropas, y otros pertrechos, la mayoría de las fuerzas británicas debieron emprender la marcha de unos 90 kilómetros a Stanley con mochilas de unos 36 kilos, además de sus armas y proyectiles de morteros. Serían tres días que demandaron mucha resistencia y privaciones, sobre terrenos de turba en invierno, húmedos y fangosos.

La distribución de operaciones significó que un contingente, el Comando 40 debía permanecer en las cabezas de playa por si los argentinos intentaban algún movimiento de recuperación desde la Isla Oeste. Ahí también se juntarían a los sobrevivientes de las naves de desembarco, Sir Galahad y Sir Tristram, de reserva para el ataque a los Montes Tumbledown y William.

El Comando 42 de fuerza especiales fue desplegado por helicóptero hasta el Monte Kent para contar con una buena posición de observación de la capital Stanley en línea de fuego directa. Posteriormente se les trasladó hasta el Monte Harriet.

El Comando 45 partió desde San Carlos el 27 de mayo en ruta al Monte Kent pero vía el asentamiento de Douglas, y luego a su objetivo final en el Monte The Two Sisters.

El Grupo 3 de Paracaidistas partió de San Carlos el 28 de mayo en dirección al asentamiento de Estancia y Tea Inlet con objetivo final el Monte Longdon.

Finalmente el Grupo 2 de Paracaidistas comenzó a desplazarse hacia Goose Green, preparándose para el ataque a la posición bien defendida y atrincherada de los argentinos. Previamente hubo bombardeos de Harriers y desde el mar, además de una incursión rápida de fuerzas especiales británicas.

Persistían entre los mandos británicos en la línea de batalla las dudas sobre lo apropiado y oportuno del ataque por todas las limitaciones de equipos y desconocimiento de qué podían esperar de la resistencia argentina. Pero en vista de la sucesión de pérdida de barcos de la Royal Navy por las bombas argentinas en el Corredor de las Bombas (el estrecho entre las dos grandes islas), Londres urgía en la necesidad de una victoria, y por tanto insistió en la toma de Goose Green.

El Comandante del Grupo 3 Julian Thompson estaba opuesto a la captura de Goose Green, le alcanzaba con mantener la posición argentina jaqueada, a la vez que distraía a los argentinos sobre el verdadero camino elegido para llegar a Stanley.

El hecho es que el 28 de mayo comenzó el combate y para sorpresa de los británicos, la fuerza argentina constaba de 1,200 efectivos. Finalmente los argentinos consultaron con el General Benjamín Menéndez y se rindieron. 18 británicos y 50 argentinos murieron en combate.

La versión de los británicos, es que el Comandante Thompson de los Infantes de Marina Reales fue citado por el Almirante Fieldhouse y se discutió el avance sobre el Monte Kent, “y el poco progreso alcanzado” en vista de la impaciencia reinante supuestamente en Londres.

Eventualmente el almirante admitió que todo el mundo estaba muy impaciente y por tanto tenía que ir tomar Goose Green. “Se refiere a capturar Goose Green?”, y la respuesta fue “Si”

Se ordenó entonces al Tte. Coronel Herbert “H” Jones al frente de los Paracaidistas Grupo 2 que prepare su batallón para la operación.

“No quería hacerlo”, admite el ex Comandante de los Infantes de Marina Reales Thompson. “Mi personal de inteligencia me había descripto la posición argentina como muy consolidada, como auto administrada, algo así como un campamento de prisioneros”. Es decir “se encerraban y era eso, se precisaban varias veces la fuerza para sacarlos”.

El hecho es que tras feroces combates, la mayoría de conscriptos no querían más, mal nutridos, con frío, castigados por sus propios oficiales, estaban desanimados y creyendo que enfrentaban una avanzada de una fuerza mayor británica, prefirieron rendirse. En tanto el Tte. Coronel Jones, que comandaba la fuerza en el campo de batalla, fue alcanzado por un francotirador y murió.

Los argentinos mansamente entregaron o dejaron sus armas y se dirigieron a los galpones de esquila donde permanecerían como prisioneros de guerra.

Pero igualmente hubo una gran satisfacción, se liberaron a los residentes de Goose Green, más de cien personas, (102) hombres, mujeres y niños, que permanecieron semanas encerrados en el salón comunal, hacinados en condiciones horribles de higiene con apenas un baño, pocas raciones y escasa agua. La sorpresa mayor un bebé de cuatro meses escondido bajo las tablas del piso, donde sus padres lo ponían cuando sentían bombardeos y tiros.

Los británicos por tanto acusan a los argentinos de desconocer normas de la Convención de Ginebra, justamente referidas a las condiciones y lugar donde retuvieron como prisioneros de guerra a los residentes de Goose Green, en condiciones inhumanas y próximo a los lugares de combate. Igualmente se narra que cuando aparecieron las primeras banderas blancas en filas argentinas, se acercaron dos británicos para negociar y fueron acribillados. Asimismo en Goose Green se encontraron decenas de bidones conteniendo Napalm que supuestamente iban a ser lanzados desde varios Pucará con base en Goose Green.