Chile eliminó el requisito de una prueba PCR negativa o comprobante de vacunación contra el COVID-19 para los extranjeros que deseen ingresar al país, a partir del jueves, se anunció.
El subsecretario de Salud, Cristóbal Cuadrado, también explicó que se permitirá el ingreso al país de viajeros no vacunados, quienes sin embargo estarán excluidos de ciertas actividades en las que es necesario el pasaporte de vacunación, como restaurantes, cines o gimnasios.
Cuadrado agregó que los turistas no residentes podrían ser sometidos a una prueba aleatoria a su llegada y deberán también completar un formulario.
Con 3,5 millones de infectados y 57.094 muertos, Chile ha sido uno de los países con mayores restricciones para frenar la pandemia y con los protocolos más exigentes para el ingreso de viajeros.
El Gobierno de Chile también anunció la apertura total de las fronteras terrestres a partir de mayo. Hasta ahora, los viajes internacionales están permitidos por vía aérea y a través de un número limitado de cruces terrestres.
Quitarse el cubrebocas al aire libre también es posible ahora en 14 de las 16 regiones del país, incluida la Región Metropolitana de Santiago, donde viven casi 8 de los 19 millones de habitantes.
Pero las mascarillas seguirán siendo obligatorias en las regiones de Arica y Tarapacá, y en la Isla de Pascua, 3.000 kilómetros en el Océano Pacífico.
Sin embargo, el Gobierno advirtió que todas estas medidas podrían revertirse, dependiendo de la situación epidemiológica.
Las infecciones que alguna vez llegaron a casi 40.000 en un solo día se han reducido a solo 1.478 casos nuevos en las 24 horas anteriores, con 13 muertes.
Los pacientes en unidades de cuidados intensivos también han disminuido de 1.000 a menos de 500, la mayoría de los cuales no cuentan con el esquema completo de vacunación. Más del 83% de la población ha sido inyectada con dos dosis y se informa que 14 millones de chilenos han recibido una inyección de refuerzo.