Los fiscales federales brasileños iniciaron un caso de mala conducta administrativa contra el presidente Jair Bolsonaro por la contratación de la exsecretaria Walderice Santos da Conceição (también conocida como Wal do Açaí) durante su mandato como legislador.
Según los informes, los investigadores descubrieron que Wal do Açaí nunca estuvo en Brasilia y ni siquiera tenía una oficina donde supuestamente cumplir con sus labores de asistente del entonces diputado Bolsonaro.
Según la demanda, Wal do Açaí estaba asignada a la oficina de Bolsonaro durante más de 15 años, pero nunca viajó a Brasilia ni desempeñó ninguna función relacionada con el cargo.
Los acusadores afirman que, durante este período, Walderice y su acompañante, Edenilson Nogueira García, prestaron servicios de carácter privado para Bolsonaro, especialmente en el cuidado de la casa y los perros en la histórica villa de Mambucaba (RJ).
La demanda busca que Wal do Açai y el presidente sean condenados por mala conducta administrativa y que se reembolsen los fondos públicos indebidamente desviados.
El nombre de Wal do Açaí ganó notoriedad en 2018 cuando era secretaria parlamentaria de Bolsonaro. En ese momento, Bolsonaro negó que ella fuera una empleada fantasma.
En enero de ese año, un informe de Folha de Sao Paulo mostró que Wal seguía teniendo un negocio en Angra durante el horario de oficina de la Cámara. Su destitución se confirmó en agosto de 2018, cuando Bolsonaro ya era candidato presidencial.
El Juzgado Sexto Federal del Distrito Federal conocerá de la demanda. Los fiscales sostienen que los actos cometidos antes de asumir el cargo de Presidente de la República no están amparados por la inmunidad. También insinuaron que los movimientos bancarios de Walderice durante el período en cuestión serían bastante reveladores e insistieron en que Bolsonaro era plenamente consciente de que Walderice no brindaba los servicios correspondientes a su cargo.
El presidente en ejercicio también habría atestiguado falsamente la asistencia de Wal al trabajo para justificar el pago de su salario. Wal también será juzgada por los delitos.
“La conducta de los imputados y, en particular, la del exdiputado federal y actual presidente de la República Jair Bolsonaro, se desvió demasiado de lo que se espera de un agente público”, dijo la fiscalía.
“En el ejercicio del mandato parlamentario, no solo traicionó la confianza de sus electores, sino que también violó el decoro parlamentario, al desviar fondos públicos destinados a remunerar al personal de apoyo a su cargo y actividad parlamentaria”, dice también la demanda.