El tema del puerto nuevo en las Islas Falkland, por cierto muy necesario, empero no termina de disparar polémicas respecto a la planificación, impacto sobre el medio ambiente y costos.
La Comisión de Construcción y Planificación, que da el visto bueno para cualquier edificación nueva en las Falklands, sorpresivamente concluyó que sugerirá al Consejo Ejecutivo de las Islas la no aprobación de los planes presentados por la empresa contratista y el propio gobierno, para la construcción del puerto resaltando entre otras cosas la insuficiente consideración y/o estudios en materia de medio ambiente.
Ahora una ex miembro electa del legislativo de las Islas, ha enviado al semanario Penguin News una carta abierta, dirigida a sus sucesores en la Asamblea Legislativa, nada complaciente, más bien especialmente crítica. Se trata de Norma Edwards OBE, en su momento un peso pesado de la guardia vieja y dura negociadora de la Asamblea Legislativa, quien además contaba en los hechos, se puede decir con dos votos en ocho, pues su marido, Roger Edwards también integraba dicho legislativo.
Digamos de paso que la hija Emma, doctora en medicina de profesión, es la Jefa de los Servicios Médicos de las Falklands, oportunamente condecorada por el muy buen manejo que hizo de la pandemia en las Islas.
En la carta abierta Norma Edwards bajo el título, Construyámoslo nosotros, apunta contra el costo y los expertos contratados para que colaboren en la construcción del puerto nuevo.
Últimamente me he vuelto muy preocupada por el número de Expertos que hemos estado trayendo, y si se me permite decir, muy respetuosamente, no parecen estar haciendo las cosas tan bien, como era de esperar.
Todos sabemos que necesitamos un puerto nuevo y todavía tenemos que encontrar a cualquiera que lo objete. Hemos tenido numerosos estudios a lo largo de los años y el costo de esos estudios deben sumar en los millones de libras.
He escuchado el desenlace de la última reunión de la Comisión de Planificación y quedé asombrada de enterarme que no sabían que el vertedero de aguas pluviales y de saneamiento estaba a la cabeza del muelle. Sé muy bien que soy un alma simple, y algunos dirán una vieja jurásica que no quiere los cambios, pero si se va a construir un muelle nuevo, en verdad se necesita saber la profundidad del agua en el lugar donde se intenta construirlo.
Creo que ya es hora de decir, BAM BAM GRACIAS SRA”, (juego de palabras pues la sigla de la empresa contratista es justamente BAM) y que lo hagamos nosotros, que es como encarábamos las cosas aquí antes, y estoy segura que contamos en las Islas con gente capaz de hacer el trabajo.
Al momento se nos ha dicho que el costo del puerto nuevo ya alcanza las £12 millones. No lo creo, para mí es más, esa es la cifra que Uds. legisladores se animan a decirnos al momento. Pero, y qué tenemos hasta ahora para mostrar por todo ese dinero gastado?
Un montón de papeles y un par de ayuda memorias, supongo. Y ahora para colmo quieren hacer un camino de acceso atravesando las tierras de los invernáculos de productos frescos que consumimos en Stanley!!!
Por amor a Dios, retiren la salida del vertedero de saneamiento y construyan el camino a lo largo de la costa, o mejor aún saquen todo el maldito proyecto y trasládenlo a Mare Harbour (puerto del Complejo de MPA), ahí ya existe un puerto, y lo único que habría que hacer es sumar nuestros requerimientos al de los militares y su capacidad adicional. Además sólo habría que construir un camino corto que empalme con el principal. Puede que nos cueste más en combustible traer los productos a Stanley, pero por lo menos habremos salvado las legumbres y verduras frescas de Tim (Miller, propietario de los invernáculos).
Si la industria de pesca quieren un puerto, a gusto y ganas, para hacer el trasbordo de sus capturas, entonces sugiero que han hecho millones durante los últimos 35 años, que se agrupen en un club y construyan lo que precisen.
Somos un pez muy pequeño en una pecera muy pequeña en la gran estructura de las cosas por aquí, y no debemos perder de vista eso, pero también a pesar de nuestra pequeñez, somos gente muy capaz y me parece increíble que hayan ido para adelante con el actual emprendimiento..., y no saben a ciencia cierta cuál ha de ser el costo final de la obra. No olviden que estos dineros que Uds. están preparados para gastar, millones, pertenecen, no a Uds., no a la administración, pertenecen a la gente aquí en las Islas Falkland.
Escuchen a la gente. No podrán contentar a todos por supuesto (y por cierto no lo lograrán conmigo), pero lleven el consejo de la gente a la administración y a la Cámara de Comercio y traten de tomar las decisiones correctas, pero no permitan que ellos los conduzcan, convenzan y dirijan.
Siéntense, coman una porción o dos de un pastel de humildad, se trata de un maravilloso y efectivo antídoto para las ilusiones de grandeza, y tomen a la vez un chequeo de realismo.
Precisamos un puerto nuevo, véndanle el viejo a los desguazadores de Chile, estoy seguro que les interesará y bórrense de la mente que podemos solicitar millones de libras para este sueño en colores. No necesitamos pedir dinero y la mayoría de nosotros tampoco lo quieren. Piensen con mucha atención sobre el desenlace de sus deliberaciones sobre el documento que presentaran ante la Comisión de Planificación y por Dios salgan limpitos de este emprendimiento en que se han comprometido. Vamos a pensar mucho más de Uds. si así lo hacen y recuerden que el cementerio está lleno de gente indispensable...donde algún día ahí todos terminaremos.”