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Expedición antártica a la búsqueda del icónico buque que dio lugar a la proeza de Shackleton

Domingo, 6 de febrero de 2022 - 23:55 UTC
El arqueólogo marítimo Mensun Bound, bautizado como 'el Indiana Jones de las profundidades' El arqueólogo marítimo Mensun Bound, bautizado como 'el Indiana Jones de las profundidades'

El sábado 5 de febrero a las 07:00 GMT, un fornido rompehielos color guinda partió desde la famosa Table Bay de Ciudad del Cabo y enfiló hacia Antártica, unas 3,000 millas náuticas en dirección suroeste.

El barco es el Angulhas II, de bandera sudafricana, y a bordo van más de cien personas, dos helicópteros, dos torres de perforación de hielo y dos sumergibles sin tripulantes, de profundidad oceánica. Viajan también con las esperanzas de cada entusiasta de Shackleton en el mundo.

El nombre de la expedición es Endurance 22. Su objetivo es nada menos que atravesando el espeso hielo alcanzar el corazón del Mar de Weddell, y una vez ahí, lanzar los sumergibles para la búsqueda de los restos del naufragio del barco de Sir Ernest Shackleton “Endurance”, que fuera triturado por el hielo y se hundiera el 21 de noviembre de 1916, dejando a Shackleton y sus 27 hombres solos sobre el hielo en precarias carpas. El naufragio de este barco icónico yace en el fondo abisal del Mar de Weddell a una profundidad de 3,000 metros. Según el arqueólogo marino, Mensun Bound (bautizado por el periodismo británico 'el Indiana Jones de la Profundidad'), se trata del sitio arqueológico más inalcanzable del mundo, lo cual lo convierte en la mayor búsqueda de un naufragio de todos los tiempos. Tendría que saber, a los 68 años, Bound ha estado encabezando excavaciones de naufragios desde sus veinte y pocos años.

El hombre al timón es el Capitán Knowledge Bengu, de 41 años, oriundo de Durban y con muchos años de experiencia antártica. Junto a él, su compañero de una vida, el capitán de hielos Freddie Ligthelm de Ciudad del Cabo, quien fue el veedor de la construcción del rompehielos Agulhas II para el gobierno sudafricano hace diez años. Como puede esperarse está muy orgulloso del barco y encantado que esta ha sido la nave elegida para la misión.

Al tope del mástil, junto a la bandera de Africa del Sur flamea la de las Islas Falkland. El porqué el proyecto se realiza bajo el ala del Fondo del Patrimonio Marítimo de las Falklands, una organización que tres años atrás alcanzó titulares mundiales cuando se descubrió al “Scharnhorst”, el buque insignia del Almirante Graf von Spee que fuera hundido durante la Batalla de las Islas Falkland el 8 de diciembre de 1914, justamente el día en que el Endurance se topó con el hielo antártico.

Bound es uno de cuatro administradores del Fondo del Patrimonio Marítimo de las Falklands, junto Bill Featherstone, Saul Pitaluga y el ex gobernador de las Falklands (y ex embajador británico en Uruguay), Donald Lamont. “El es el Secretario general,” afirma Bound “todo conduce y se deriva de él. Uno no puede comenzar a imaginar los problemas que se han presentado para armar y juntar una expedición a esta escala y complejidad, en momentos que el mundo ha sido puesto de rodillas por la pandemia. Si es que hay un gigante entre nosotros, es Donald. Es un Shackleton, cuando el resto de nosotros estábamos tambaleándonos, él empujó toda la misión para adelante en base a su convencido empecinamiento”.

Para las Falklands, la llamada puerta de acceso a la Antártica, el proyecto es importante. el explorador Scott nunca estuvo en las Falklands, pero Shackleton sí estuvo tres veces, y hasta contaba con una licencia para cazar focas en aguas en torno a las Islas. Fue desde las Falklands que el 31 de mayo de 1916, Shackleton envió su primer mensaje al resto del mundo haciendo saber que estaba bien, pero muy necesitado de ayuda para rescatar sus hombres en la Isla Elefante. El telegrama aún sobrevive en el Archivo Nacional de las Falklands y dice,

“31 de mayo he llegado a Islas Falkland Endurance aplastado en medio del Mar de Weddell 27 octubre 1915 derivó unas 700 millas sobre el hielo hasta 9 de abril 1916 alcanzando isla Elefante 16 de abril partí 24 de abril dejando 22 hombres en agujero en acantilado de hielo partí Georgia del Sur con 5 hombres en un bote de 22 pies por ayuda al momento de partir todos bien el pero rescate es urgente e inmediato” SHACKLETON

 



El emblemático barco de Sir Ernest Shackleton, el Endurance, se hundió aplastado por el hielo en el Mar de Weddell en noviembre de 1915.

“Fue desde las Falklands, al despachar este telegrama”, afirma Bound ”que la leyenda de Shackleton nació. Es importante para las Falklands y su museo que el Endurance sea encontrado. Por algunos de los correos electrónicos que he estado recibiendo sé que los Kelpers ( el apelativo con que se conoce a los Isleños) están ahora concentrados en lo de Shackleton y vichando todo para ver que pueden pescar. Solo espero que podamos satisfacerlos con lo que buscan“

Junto a Bound, en el puente de mando del rompehielos están los otros personajes importantes de la expedición, John Shears y Nico Vincent. Si Bound como Director de Exploración tiene la responsabilidad de encontrar, grabar y explicar el naufragio, es tarea de Shears como Líder de Expedición de juntar todos los componentes de esta compleja operación, ponerla a marchar y trabajando ensamblados. El tercero del triunvirato es Nico Vincent de Marsella, Francia. ”Sin él“, según Bound ”nada de esto sería posible. Es, para decirlo de alguna manera nuestro Capitán de Sabertooths“

Los Sabertooth son los nuevos vehículos de búsqueda y relevamiento fondo marino de los cuales depende el éxito de la misión. Cuando se pregunta cómo trabajan estos Sabertooth, Bound se pone a hablar sobre sistemas de navegación inerciales, de registros Doppler de velocidad y puntos laser en nubes. Básicamente se trata de robots increíblemente versátiles con maniobrabilidad de 360 grados y equipados con la tecnología de sensores más avanzada del mundo, para actuar en grandes profundidades

Lo ideal será lanzar y recuperar los Sabertooth desde la popa, pero si no es posible, entonces se utilizarán los helicópteros, que dejan el buque madre y establecen puntos sobre el casquete de hielo, taladrando agujeros en hielos flotantes con herramientas y mechas especialmente diseñadas para la tarea. Aquí es dónde Jean Christophe Caillens, comandante retirado de la marina francesa entra en escena. El y Bound tienen mucho en común. Ambos son buceadores profesionales. El primero tiene el récord de la sumersión más profunda en la marina francesa, en tanto Bound tiene el récord, manos en el fondo, de haber alcanzado la mayor profundidad en excavaciones arqueológicas.

En Endurance 22, Caillens o JC para los amigos, está a cargo de todos los preparativos en cubierta y operaciones de taladrar en el hielo. JC y Bound han trabajado juntos en muchos proyectos de profundidad marina. Bound considera a Caillens un maestro, ”he aprendido más trabajando con JC que con cualquier otra persona: él es mi gurú de técnicas sub marinas“.

”Lo que me gusta de Endurance22“ afirma Bound es ”que todos en el equipo son expertos en algo. Juntos integran un cuadro de especialistas superlativos, todos muy distintos en cuanto a quienes son y qué hacen, pero todos al tope de su especialidad. Suena algo arrogante, pero me recuerda en algo lo del Viaje a la Luna o el Proyecto Manhattan en los cuales un grupo elite de individuos, increíblemente sobresalientes, se juntaron para resolver un desafío que tenía claramente definido su objetivo, y en nuestro caso es descubrir el Endurance“.

No es el primer intento del equipo de encontrar al Endurance. En 2019, utilizando la misma nave, rompieron hielo hasta alcanzar el área de búsqueda y lograron el exitoso lanzamiento de su AUV, Vehículo Autónomo Submarino, el cual estaba programado para cubrir unas 107 millas náuticas cuadradas del fondo marino. La misión andaba muy bien y ya había cubierto más de la mitad del área a explorar cuando el UAV no retornó para un chequeo de rutina en un lugar de encuentro programado con anterioridad.

Nadie sabe bien qué sucedió pero Bound piensa que la explicación más plausible es que haya auto abortado la misión y emergió por debajo del hielo, una zona muerta a la cual no se pudo alcanzar mediante posicionamiento satelital o siquiera mediante sistemas de relevamiento acústico.

”En el 2019, el desafío era enorme“, afirma Bound, ”nos estábamos dirigiendo hacia a un medio ambiente letal del cual sabíamos muy poco. Estábamos realmente empujando la frontera y para citar a uno de los poetas favoritos de Shackleton,

Fuimos los primeros, en irrumpir en ese mar silente...

“Como en cualquier gran emprendimiento, y eres el primero hay cosas que salen mal. La experiencia fue algo así, como aquel mago quien pensó que podía atravesar caminando una pared. Recuerdan que sucedió? Se partió la nariz, es lo que nos pasó”.

“Pero hemos aprendido de nuestros errores. El sumergible que utilizamos anteriormente”, según Bound, “era autónomo, es decir estaba pre programado de forma tal que una vez lanzado, estaba en realidad mayormente fuera de control. Los Sabertooth, por oposición estarán conectados a la superficie mediante un cable de fibra óptica, permitiendo a los operadores estar en contacto permanente con el sumergible, y de ser necesario pilotearlo. Esto significa que podremos monitorear el fondo marino en tiempo real, o sea ver lo mismo que ve el robot, y si algo falla tendremos pronto un arreglador tri dimensional en el propio UAV, y también podemos enviar el segundo Sabertooth al rescate de ser necesario”.

Simple? Preguntamos a Chad Bonin quien también participó del intento de 2019 y apenas ha retornado de su entrenamiento con los fabricantes de los Sabertooth en Suecia. “No en realidad”, respondió, “en los hechos es increíblemente complejo, pero al menos tendremos soluciones con las que no contábamos la última vez, si es que algo falla”.

Se le preguntó a Bonin, originario de Louisiana, qué signficaba para él la expedición. “Para mí es la segunda oportunidad en la vida. Algo que podré contar a mis nietos. Hay que recordar que Shackleton es tan grande en los EE.UU., como lo es en el Reino Unido”.

Bound and Bonin son buenos amigos. Han trabajado junto por años en proyectos submarinos en todo el mundo. Estuvieron involucrados en la búsqueda del submarino argentino ARA San Juan, y en muchos barcos hundidos de toda naturaleza. “Por cierto que he visto alguna geología extraña y ni que hablar de peces raros”, dijo Bonin entonando con su claro dejo del sur de Estados Unidos.

Y todo esto cuánto cuesta? Cuando se le preguntó a Bound, se mostró algo reticente. Todo lo que va a afirmar es que es la expedición es financiada con fondos privados, y agrega, que los proyectos relativos a Shackleton y sus proezas también fueron con fondos privados. “Y que al igual que en el tiempo de Shackleton, sus expediciones antárticas contaron con las mayores de las financiaciones privadas, tal es el caso con nosotros”. Empero “el problema es que”, dice Bound tras una pausa, “se puede meter todo el dinero que quieras en un proyecto como este, pero al final del día de la misma forma que el dinero no compra amor, tampoco puede comprar éxito. Hay un gran elemento voluntad de los dioses en lo que estamos haciendo”.

“Tiene mucho de tiro al aire”, agrega Chad Bonin junto a Bound. “Y ahora en este momento, ya se han lanzado los dados y estamos en pleno juego”, afirma el Director de Expedición con cierta picardía.