Amnistía Internacional (AI) ha publicado un informe esta semana sobre el asesinato de varios defensores de derechos humanos y muchos periodistas en la región durante el primer mes del año 2022.
Según AI, al menos 20 defensores de derechos humanos y 4 periodistas habrían perdido la vida, lo que reflejaría la gravedad de realizar esas actividades en América Latina.
“El asesinato de 20 defensores de derechos humanos y cuatro periodistas en solo un mes es alarmante y pinta un panorama aterrador de lo que puede deparar el año para quienes se pronuncian por los derechos humanos en las Américas si los Estados no toman medidas urgentes para revertir esta tendencia”, dijo Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
“Debemos construir un futuro donde defender los derechos humanos en este continente no signifique arriesgar la vida. Es imperativo que los Estados tomen medidas urgentes para garantizar un espacio seguro y propicio para la defensa de los derechos humanos y el periodismo independiente en la región, y que estas dejen de ser actividades letales”, agregó.
Los asesinatos se han producido en los países considerados más peligrosos para la defensa de los derechos humanos en años anteriores: Colombia (13), Brasil y Honduras (3 cada uno). Un defensor de los derechos humanos y cuatro periodistas también han sido asesinados en México, donde informar es cada vez más peligroso.
De los 20 defensores de derechos humanos asesinados, 18 estaban involucrados en actividades a favor del acceso y protección de los territorios, así como en causas ambientales.
“Los Estados tienen la obligación de investigar los homicidios de manera pronta, exhaustiva, independiente e imparcial, y con una línea primaria de investigación que considere el trabajo de los defensores de derechos humanos o el trabajo periodístico. Eliminar la impunidad en estos casos es crucial para lograr un ambiente seguro para la defensa de los derechos humanos y enviar un mensaje claro de que estos actos no serán tolerados”, continuó Guevara-Rosas.
En Honduras, las tres víctimas fueron dos líderes sociales indígenas y una defensora de los derechos humanos de las personas transgénero.
Los 13 defensores de derechos humanos asesinados en Colombia estaban vinculados a la defensa territorial de las comunidades indígenas así como a temas ambientales. Además de estos asesinatos, se han reportado trece masacres que resultaron en la muerte de 40 personas que vivían en zonas rurales.
“Nuestra región sigue siendo la más peligrosa para la defensa de los derechos humanos y el periodismo independiente porque los defensores de los derechos humanos y los periodistas amenazan los intereses políticos y económicos de unos pocos mientras los Estados se mantienen apáticos y negligentes ante la violencia que enfrentan”, dijo AI en una declaración.
Amnistía Internacional ya había informado sobre las políticas fallidas de prevención y protección que se traducen en un ambiente inseguro para la protección de las personas defensoras de derechos humanos en Colombia.
“La protección de las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes en Colombia es ineficaz porque no aborda las causas estructurales de la violencia y muchas veces ocurre sin la debida participación de las personas en riesgo. Los defensores de comunidades en riesgo están constantemente desprotegidos, y las amenazas, ataques y asesinatos son constantes en el país, considerado el más peligroso del mundo para la defensa de los derechos humanos”, señaló también Guevara-Rosas.
En Brasil, los cuerpos de tres miembros de una misma familia conocida por liberar crías de tortugas y por defender la tierra y la protección del medio ambiente fueron encontrados el 9 de enero en San Francisco do Xingú, en el estado de Pará. El Ministerio Público Federal (MPF) ha señalado que los hechos se produjeron en un contexto de reiteradas agresiones a ambientalistas y defensores de derechos humanos.
En México, los periodistas José Luis Gamboa Arenas, Lourdes Maldonado, Alfonso Margarito Martínez Esquivel y Roberto Toledo fueron asesinados en enero. Amnistía Internacional cree que el periodismo solo puede ejercerse libremente en un ambiente libre de amenazas, agresiones físicas, psicológicas o morales, u otros actos de intimidación y hostigamiento, dijo AI y pidió al gobierno mexicano que ”tome medidas concretas, rápidas y medidas efectivas para garantizar la vida y seguridad de los periodistas en México, así como para investigar estos asesinatos”.
En tanto, la defensora de derechos humanos Ana Luisa Garduño fue asesinada el 27 de enero cuando buscaba justicia por el feminicidio de su hija.
“Es hora de actuar, de lo contrario se seguirán perdiendo vidas, vidas que son fundamentales para construir una región igualitaria y justa donde los derechos humanos sean una realidad”, concluyó Guevara Rosas.