Sergio Mattarella, de 80 años, fue elegido este sábado para un segundo mandato como presidente de Italia después de varias sesiones de fumata nera la última semana. El líder siciliano, que había insistido en que no quería otros siete años en el cargo, será juramentado el próximo jueves.
Tras el nombramiento de Mattarella, se espera que los líderes de los partidos políticos de Italia hagan su examen de conciencia para determinar cómo fue posible que no se pudiera llegar a un acuerdo sobre un candidato diferente, con enfrentamientos internos que ya afectan a la derecha y al Movimiento 5 Estrellas (M5s), mientras que el secretario general del Partido Demócrata, Enrico Letta se mostró crítico con la ley electoral y abogó por un cambio en el que sean los ciudadanos quienes elijan a su propio presidente.
En cualquier caso, lo que quedó de la coalición de centroderecha ha sido pulverizado, según Giorgia Meloni, líder de los Hermanos de Italia (FDI), quien ya advirtió que el exviceprimer ministro Matteo Salvini no tendrá peso esta vez en futuras negociaciones para reconstruir la fuerza política. Sin embargo, Salvini dijo que discutiré el futuro de la coalición, con aquellos que estén realmente interesados.
Antonio Tajani de Forza Italia no estuvo de acuerdo: Meloni tiene una opinión, nosotros tenemos otra. Pero sin el alma popular -aseguró Tajani- el centro-derecha no será una alianza de gobierno. Se necesita una relación fuerte con Europa y Estados Unidos para proteger los intereses de los italianos.
Bajo este nuevo escenario político, el primer ministro Mario Draghi vuelve a trabajar el lunes cuando el Consejo de Ministros considerará nuevas medidas en la lucha contra el COVID-19.