Ingrid Betancourt, una política que fue capturada por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) mientras hacía campaña por la presidencia y que estuvo como rehén durante seis años, anunció este martes que volverá a postularse.
“Estoy aquí para anunciar que voy a participar en la consulta del 13 de marzo, que voy a ser parte de esta coalición centro-esperanza como candidata a la Presidencia y voy a trabajar incansablemente a partir de este momento, desde el amanecer hasta el anochecer, para ser su presidente, dijo Betancourt.
También explicó que participará en las primarias de la llamada Coalición de la Esperanza, que está integrada por la coalición de la esperanza” (centro), la coalición de la experiencia (derecha) y la coalición histórica (izquierda).
Otros contendientes dentro del mismo espacio político son el exministro Alejandro Gaviria; los exgobernadores Sergio Fajardo y Carlos Amaya; los exsenadores Juan Fernando Cristo y Juan Manuel Galán; y el legislador de izquierda Jorge Robledo.
“Hoy estoy aquí para terminar lo que empecé”, agregó, en referencia a su candidatura presidencial de 2002, antes de ser secuestrada por las FARC. Betancourt fue legisladora en la década de 1990 y en 2001 renunció a su curul para ser candidata por el Partido Oxígeno Verde cuando fue secuestrada el 23 de febrero de 2002.
Permaneció en manos de la guerrilla hasta el 2 de julio de 2008, cuando el Ejército la liberó junto con un grupo de rehenes, en un operativo militar en el que no hubo disparos.
Durante su cautiverio, el destino de Betancourt se convirtió en un tema habitual en los medios de comunicación mundiales, dada su condición de mujer, candidata presidencial y ciudadana colombiana y francesa.
Después de su liberación, fue primero a Francia y finalmente obtuvo un doctorado en Teología en Oxford.
Después de regresar a Colombia, se enfrentó a sus antiguos captores de las FARC en los tribunales creados en el acuerdo de paz y expuso las atrocidades cometidas contra ella y sus compañeros rehenes.
Pese a su tragedia personal, Betancourt ha sido una acérrima defensora del acuerdo de paz, sin perder su condición de víctima y su sentido crítico tanto de lo pactado como de los exjefes guerrilleros, con los que ha estado enfrentada.
Betancourt aseguró este martes que el enemigo actual del país es la corrupción, por lo que de resultar electa se comprometió a sanear la administración y las instituciones. “Quiero ser la presidenta de los colombianos para que la riqueza del país vaya a esos niños, a esos jóvenes, a esos adultos a los que nuestra guerra, nuestra violencia y nuestra corrupción les quitaron todas las posibilidades de ser lo que quería ser, prometió.
Sobre su cambio de opinión tras anunciar que se retiraría de la política, Betancourt explicó que “en algún momento uno tiene que pensar: sigo mirando las cosas desde el costado o me arremango y me pongo donde más puedo ayudar.
“La coalición necesitaba la presencia de una mujer y necesitaba la presencia de una persona que pudiera hablar de otra manera”, dijo.