Un informe del Instituto Socioambiental (ISA) publicado este miércoles mostró un aumento del 138% en la degradación en las tierras indígenas y del 130% en las Unidades de Conservación (UC) en comparación con tres años antes de que el presidente Jair Bolsonaro asumiera su cargo.
El documento, basado en imágenes satelitales de Prodes, encontró que la deforestación en áreas que deberían haber sido protegidas por el gobierno aumentó un 79% bajo Bolsonaro, en comparación con los datos de 2016 a 2018.
Los expertos del ISA analizaron la deforestación entre 2019 y 2021 en todas las Unidades de Conservación (UC), bajo la protección de la administración federal o de los estados, y en tierras indígenas de los estados de Amazonas, Pará, Rondônia, Roraima, Amapá, Tocantins, Mato Grosso, Maranhão y Acre.
En los últimos tres años, las 334 UC federales perdieron un 130% más de áreas forestales que en los tres años anteriores, debido a los altos niveles de invasiones y explotación ilegal de recursos naturales. En 14 de estas unidades, diez de ellas en el estado de Pará, la pérdida de vegetación superó el 90%, explicaron los científicos.
La zona más afectada, con un aumento del 54% en la tasa de deforestación en comparación con 2020, fue el Bosque Nacional Jamanxim, también en Pará. En las UC bajo control de los estados, la deforestación aumentó un 50%. Y en territorios indígenas, los datos de los últimos tres años arrojaron un aumento de la deforestación del 138%, incluso con una caída del 18,6% registrada en 2020 y 2021. De las 268 tierras indígenas en estudio, 20 de ellas registraron 80% de degradación, mientras que casi la mitad de toda la pérdida de bosques se concentró en la cuenca del río Xingu, según ISA.
El análisis del ISA se realizó con datos del Proyecto de Monitoreo de la Deforestación en la Amazonia Legal por Satélite (Prodes), del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe).
Según un comunicado del ISA, hubo graves pérdidas de bosques en los últimos tres años en Tierras Indígenas y Unidades de Conservación, áreas protegidas que son esenciales para la protección de la sociobiodiversidad brasileña. Los investigadores también recordaron el intento de Bolsonaro de eliminar al Inpe, para evitar la recopilación de datos específicos sobre la deforestación y la degradación ambiental en la Amazonía.
“No es por casualidad, mientras que alentaba el paso de la 'manada' por el bosque tropical más grande del mundo, el presidente trabajó activamente para el desguace de la agencia y también de todo el conjunto de políticas y organismos socioambientales - esencial para la preservación de la región, escribieron los científicos.
La legislación brasileña establece que el Estado debe garantizar la inviolabilidad de las Unidades de Conservación Ambiental Forestal.
Antonio Oviedo, coordinador del informe Instituto Socioambiental, señaló que el gobierno desmanteló” las políticas de protección amazónica a través de una serie de medidas como la falta de fiscalización y la eliminación de las multas impuestas a quienes cometan delitos ambientales.