Amnistía Internacional (AI) lanzó este miércoles una alerta a la luz del creciente número de embarazos de niñas en todo Paraguay, que ha alcanzado niveles de epidemia, se informó.
Los expertos creen que estos embarazos son el resultado del aumento del abuso sexual contra las niñas, junto con leyes locales restrictivas sobre el aborto.
Al menos 1,000 niñas de 14 años o menos dieron a luz en el país entre 2019 y 2020, mostró el informe de AI, mientras que más de 12,000 niñas de entre 15 y 19 años dieron a luz en 2019.
El documento se ha titulado Son niñas, no madres, en un intento de subrayar la crisis de violencia sexual, al tiempo que presiona por leyes menos restrictivas sobre el aborto, que en Paraguay se encuentran entre las más extremas de la región, con la penalización del procedimiento en casi todas las circunstancias, excepto cuando la vida de la madre está en peligro.
Paraguay tiene una de las tasas de embarazo infantil y adolescente más altas de América Latina y el Caribe, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El trabajo de parto prematuro puede presentar importantes riesgos para la salud. Las niñas menores de 15 años tienen cuatro veces más probabilidades de morir por complicaciones relacionadas con el embarazo, según el Consorcio Latinoamericano contra el Aborto Inseguro.
Las niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años representan una de cada diez muertes maternas a nivel nacional, así como el 13% de las muertes maternas causadas por abortos inseguros, según AI.
Paraguay aprobó una ley en 2018 para prevenir el abuso sexual y garantizar la atención integral a los niños, niñas y adolescentes sobrevivientes de abuso sexual. Sin embargo, el informe de AI muestra que la implementación de la ley es insuficiente, debido a brechas en la protección de los jóvenes, como la ausencia de políticas públicas adecuadas y el incumplimiento de las leyes existentes para prevenir los abusos y repararlos cuando ocurren.
Por acción y omisión, Paraguay está dando la espalda a sus niñas y adolescentes que enfrentan abusos inimaginables, dijo la directora de AI para las Américas, Erika Guevara-Rosas. “Las niñas tienen derecho a una vida libre de violencia. Obligar a alguien a continuar con un embarazo, sobre todo cuando es producto de una violación, es una forma de maltrato que puede considerarse tortura”, prosiguió.
Solo en 2019, la Fiscalía del Estado del país recibió diariamente un promedio de 12 denuncias de violencia sexual contra niñas y adolescentes, que en algunos casos resultaron en embarazos, según el informe.
La postura restrictiva de Paraguay sobre el aborto ha llamado la atención internacional antes. En 2015, una niña de 11 años dio a luz después de que las autoridades paraguayas le negaran un aborto. La niña había quedado embarazada de su padrastro a la edad de 10 años.
(Fuente: CNN)