El ancla de 7 toneladas que una vez perteneció al acorazado de bolsillo alemán Graf Spee hundido frente a la costa de Montevideo en diciembre de 1939, marcando el final de la Batalla del Río de la Plata contra las fuerzas británicas al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, ha sido transportada en camiones a Punta del Este para formar parte del museo dedicado al hecho histórico a inaugurarse antes de fin de año.
Fue el único evento de la Segunda Guerra Mundial en estas partes del mundo. El barco alemán fuertemente blindado había abandonado el puerto de Wilhemshaven en agosto de 1939 para actuar como corsario en el Atlántico Sur con órdenes de hundir barcos mercantes británicos.
Tras ser emboscado por la flota encabezada por el comodoro Henry Harwood, el Graf Spee entabló combate con el Achilles, el Ajax y el Exeter (este último debió refugiarse en Puerto Stanley), tras lo cual el capitán Hans Langsdorff decidió atracar en Montevideo el 13 de diciembre para reparaciones y también para enterrar a sus muertos y hospitalizar a sus heridos.
Las autoridades uruguayas dieron a Langsdorff solo 72 horas para irse o considerarse capturado por el país sudamericano, lo que significaba que la pieza de guerra de alta tecnología habría cambiado de bandera a una neutral pero a la que nada impedía luego transferir los secretos técnicos al enemigo. Después de hacer arreglos con el Gobierno de Argentina para recibir a los miembros de su tripulación que no habían podido desembarcar en Montevideo por no estar heridos, Langsdorff hizo estallar su propio barco el 17 de diciembre y finalmente se suicidó en Buenos Aires.
Los restos del Graf Spee han sido durante décadas una atracción frente a la costa de Montevideo cuando las bajantes lo hicieron visible.
En 2006 resurgió el águila de bronce del Graf Spee con la esvástica nazi debajo, lo que desencadenó una serie de polémicas con repercusión internacional ya que se teme que se convierta en un fetiche de culto de los movimientos neonazis.