La canciller alemana, Angela Merkel, dijo este miércoles que la crisis del COVID-19 en su país estaba alcanzando niveles dramáticos.
No tengo ninguna duda de que estamos en medio de una emergencia de este tipo, que requeriría medidas adicionales, dijo, ante el aumento de la incidencia de hospitalizaciones. El índice mide el número de personas infectadas de cada 100.000 habitantes que han necesitado ser hospitalizadas en una semana.
Merkel también pidió un esfuerzo nacional para administrar las vacunas de refuerzo lo antes posible, porque al virus no le importa quién está actualmente en el poder en Alemania o quién tiene que recorrer el camino más lejano desde posiciones anteriores hasta las medidas que ahora son necesarias, agregó Merkel en referencia a los partidos del semáforo (SPD, Verdes y FDP) y sus cambios a la Ley de Protección contra Infecciones. Merkel favorece una ampliación de la situación de emergencia, algo que rechazan esas agrupaciones, llamadas así por medir la situación epidemiológica según una escala de colores.
La canciller dijo que el objetivo siempre ha sido evitar sobrecargar las estructuras de salud y que había una emergencia por el aumento de casos.
Merkel también señaló que debido al aumento de las infecciones por coronavirus, las unidades de cuidados intensivos (UCI) se estaban llenando rápidamente, con un número de muertos aterrador.
Los partidos del semáforo presentarán un proyecto de ley al Bundestag (parlamento federal) el jueves, pero Merkel lo considera insuficiente para hacer frente a la crisis actual y prefiere una señal clara de una conferencia de líderes estatales y regionales.
“No me cabe ninguna duda de que estamos en medio de una emergencia. La cuarta ola de COVID-19 nos golpea con toda la violencia”, enfatizó.
La Asociación Federal de Anestesistas de Alemania (BDA), junto con la Sociedad Alemana de Anestesiología y Medicina de Cuidados Intensivos, han enviado una carta abierta a los ministros de salud estatales y federal advirtiendo que el sistema de salud alemán se encamina hacia una catástrofe.
En Austria, las personas no vacunadas ya están sometidas a restricciones especiales, ya que las infecciones superaron las 14.000 por primera vez desde el inicio de la pandemia, y no se descartan confinamientos totales en Salzburgo, donde la incidencia semanal ha alcanzado los 1.672 casos por 100.000 habitantes.
En Polonia, 462 muertes y 24.239 nuevos casos positivos en 24 horas representan un aumento del 30% en comparación con el día anterior.
Solo el 67,7% de la población de Alemania ha recibido un esquema de vacunación completo, mientras que el 71% ha tomado una primera dosis. Además, 4 millones de personas recibieron la dosis de refuerzo, 5 meses después de la segunda dosis.
Según el Instituto Robert Koch, en 24 horas el nuevo récord es de 52.826 casos, con 294 defunciones y una tasa semanal de 319,5 pacientes por cada 100.000 habitantes.
En algunas regiones como Sajonia, Turingia y Baviera, los sistemas de salud ya están funcionando a plena capacidad. Munich ya ha necesitado enviar pacientes a otros lugares para recibir tratamiento.